Jaime OAXACAMala salió la corrida de Xajay, los toros descastados y defendiéndose, con debilidad algunos ejemplares, de tal modo que la voluntad de los toreros salvó la tarde, para colmo los bureles sin el trapío que exige la plaza más grande del mudo. Xajay ha perdido la bravura que alguna vez tuvo, para colmo su trapío deja mucho que desear. Sólo tres de los ejemplares tuvieron apariencia de toros, el segundo, quinto y sexto, sin embargo el que cerró plaza estaba visco del derecho, tenía una cornamenta como para un festival. El español Miguel Ángel Perera reapareció en La México después de dos años de ausencia, enseñó que sigue siendo un diestro de un valor espartano pero sin aspavientos, que se que queda muy quieto en todos los muletazos que logra. Se encontró con un novillito que se acabó pronto, pero el hispano supo sacarle partido. Inició en tablas con varios muletazos sin menear una pestaña; se llevó al burel a los medios para cuajarle tandas por ambos lados. El torete ya no quiso embestir se defendía tirando derrotes. Mató de estocada y logró la única oreja de la tarde. Con su segundo se lo quitó de encima de una estocada trasera. Sergio Flores ha estado torerísimo toda la tarde, jugándosela de verdad. Al de la ceremonia lo recibió con buenas verónicas. Lo brindó a sus padres, después sólo algunos muletazos al débil, descastado y peligroso ejemplar. Al cierraplaza le sacó pases con tirabuzón, poniéndose muy cerca para lograrlo; terminó con ajustadas joselillinas, el tlaxcalteca se dio un auténtico arrimón. Metió una estocada pellejera, pinchazo y descabello. El Zotoluco estuvo en su papel de torero experimentado. Inició la faena del primero con doblones suaves, más que castigar metió a la muleta al toro. Luego fue capaz de robarle pases al burel, destacando una tanda de naturales, el cornúpeta quiso huir a refugiarse a las tablas, pero la muleta del diestro se lo impidió; lo despachó de pinchazo y estocada. Su segundo fue imposible, un animal sosote, sin chiste, pasaba en lugar de embestir, así no es posible emocionar a nadie.