Viernes 03 Junio 2016
Un paro respiratorio apagó a los 64 años la vida del Brujo de Apizaco, quien quedó en estado tetrapléjico tras su incidente del pasado 1 de mayo; será homenajeado por su familia en Tlaxcala Jaime OAXACA

Ayer 2 de junio, a las 18:40 horas, falleció el torero Rodolfo Rodríguez González El Pana a consecuencia de un infarto fulminante. El doctor Francisco Preciado Figueroa, uno de sus médicos, dijo que se luchó hasta lo imposible por salvar la vida de Rodolfo.

El diestro se encontraba internado en el área de terapia intensiva del Hospital Civil en el ciudad de Guadalajara desde el pasado 9 de mayo. Su estado de salud era delicado, estaba inmóvil del cuello para abajo, no respiraba por él mismo, Sólo movía los párpados y balbuceaba.

El pasado 1 de mayo, cuando El Pana toreaba con el capote en la plaza de Ciudad Lerdo, Durango, fue embestido por el toro Pan Francés de la ganadería de Guanamé, el torero cayó de cabeza situación que le provocó lesiones en las vértebras, que provocaron su inmovilidad.

Fue traslado a la ciudad de Torreón donde recibió los primeros auxilios, días después lo llevaron al nosocomio tapatío.

El Pana contaba con 64 años de edad y 38 de alternativa, nunca usó añadido como casi todos los diestros, tenía su coleta natural.

A partir de la Navidad de 2010, la plaza de toros de Apizaco lleva su nombre, el recinto se llama Monumental plaza de Apizaco Rodolfo Rodríguez El Pana. Rodolfo nació en la ciudad rielera el 2 de febrero de 1952.

Deja a su esposa e hija de nacionalidad estadounidense; a su madre doña Alicia, a sus hermanas y a toda la afición taurina del mundo.

Su cuerpo será trasladado a Apizaco, existe la posibilidad de una misa y un homenaje póstumo en el coso que lleva su nombre, al cierre de esta edición su familia lo está considerando.

Descanse en paz tan singular torero.

La azarosa vida de un genio

La vida profesional del diestro de Apizaco fue irregular, a pesar de su singular personalidad y que la gente la iba a ver a las plazas en las que se presentaba, actuaba con poca frecuencia

Su sello fue nunca pasar inadvertido. Armaba la gran bronca o llegaba el triunfo, pero jamás aburrió al público. Toda su carrera fue impredecible.

Básicamente, sus incómodas declaraciones y porque jamás fue parte del sistema, fue boicoteado por los toreros punteros de su época, durante una parte considerable de su carrera actuó poco. “Ése no tiene categoría para darme el abrazo”, declaró refiriéndose a Manolo Martínez, una de las figuras del momento, cuando se rumoraba que Manolo le daría la alternativa.

Además del boicot, sus actuaciones eran irregulares. Tenía que apechugar con reses grandes de ganaderías bravas, lo que las figuras no querían torear.

Fue muy castigado por los toros, 27 cornadas, dos de ellas en la vena Femoral, dos exposiciones de testículos, dos veces recibió la extremaunción

El Brujo de Apizaco entregó toda su vida a la fiesta, ésta tardó 30 años en retribuirle. La tarde del 7 de enero de 2007 llegó el primer abono en forma por demás abundante. Quizá si la vida le hubiera dado el éxito antes, el torero lo hubiera derrochado.

Aquel domingo de enero tuvo una actuación apoteósica en la plaza México, sacudió a la fiesta de los toros con las faenas a Rey Mago y Conquistador de la dehesa de Garfias. Aquel día Rodolfo estaba anunciado para torear la corrida de su adiós. Lejos de la despedida fue la tarde de su resurrección; inclusive, lo llamó por teléfono el presidente Calderón para felicitarlo. Los brindis de aquella tarde pasaron a la historia. El primero a los toreros que nunca pudieron actuar en la plaza México y el segundo a las prostitutas. Imposible olvidad que llegó en una calesa.

Sus triunfos le dieron contratos en plazas mexicanas en las que nunca había toreado; inclusive, en el extranjero fue contratado para actuar en varios cosos de España y Francia, hasta en Ecuador.

El único pendiente taurino de El Pana fue confirmar la alternativa en la plaza de Las Ventas de la capital española. A cambio, logró confirmar fue que el público madrileño lo quería y lo admiraba. Durante la primera corrida de la feria de San Isidro, el pasado el 6 de mayo, del famoso tendido siete surgió el grito ¡Viva El Pana!, el público respondió con una sonora ovación.

Rodolfo manifestó en diversas ocasiones que quería morir en el ruedo, así llegó su muerte, porque su carrera murió el 1 de mayo. Ahora podrá actuar en el ruedo celestial con todos los toreros que él admiró, entre ellos con dos paisanos suyos, cuyos nombres también identifican plazas de toros tlaxcaltecas; Jorge Aguilar El Ranchero, del coso de la capital y Fernando de los Reyes El Callao, de Huamantla.