Lunes 20 de Mayo de 2013
Prueba superada Jaime Oaxaca Transcurrieron casi 13 años (faltaban 4 días) para que un mexicano volviera a pasear una oreja lograda en la plaza de toros de Madrid. El Zotoluco fue el último en hacerlo el 22 de mayo de 2000, aquella tarde actuó con Enrique Ponce y Manuel Caballero, Lalo se la cortó a un toro de El Puerto de Santa María. Por cierto, el diestro mexicano estaba en el coso de la calle de Alcalá. Diego Silveti, en su segunda tarde como matador de toros en Las Ventas, logró cortarle la oreja al toro Orador de la dehesa de Fermín Bohórquez. Parecía que los hados malos se habían puesto en contubernio contra el mexicano porque justo cuando apareció por toriles el negro bragado marcado con el número 544, se soltó la granizada. La decepción de los muchos mexicanos que estaban en la plaza y quienes lo mirábamos por televisión se hizo presente. Si en condiciones normales es complicado cortar una oreja en esa plaza, teniendo en contra las inclemencias debe ser más dificultoso. Diego Silveti del Bosque(1985), el bisnieto del matador Juan Silveti Mañón(1891-1956), nieto del matador Juan Silveti Reynoso (1929), hijo del matador David Silveti Barry (1955-2003) y sobrino del matador Alejandro Silveti Barry (1956), es la cuarta generación de matadores de toros, la única en la historia de la tauromaquia. Posiblemente existan generaciones de cuatro o más toreros, pero ninguna de matadores de toros. A pesar de sus 28 años de edad, Diego sólo tiene 20 meses de alternativa. Es licenciado en relaciones internacionales, porque su padre le exigió un título universitario antes de que el vástago siguiera los pasos familiares. El hijo del rey David se fue a España a hacer su carrera taurina debutando en Ávila en 2009, se presentó como novillero en Las Ventas en mayo de 2011, poco después recibió la alternativa de manos de José Tomás, en agosto de ese año, en la plaza de Gijón. Confirmó en La México en noviembre de 2011 y unas semanas después le cortó el rabo al toro Charro Cantor de Los Encinos. La temporada pasada cortó dos orejas la tarde de su presentación y después recibió un repaso en un mano a mano con El Juli. Se vio muy tierno ante un torero experimentado como es el madrileño. Con todo y que Diego ha tenido buenas actuaciones en la República Mexicana, había mucha expectativa por ver a al oriundo de Irapuato en la capital madrileña, porque una cosa es lidiar ejemplares serios como sucede en Madrid y otra las parodias mexicanas que se realizan en muchas plazas en las que se lidia el medio toro. Así que las orejas cortadas, indultos y demás, resultan premios apócrifos cuando hay que enfrentar un toro de verdad, con edad y con trapío. Hoy lunes confirmará alternativa en Nimes, Francia, en donde la fiesta es seria de verdad. Lo hará con ganado de Victoriano del Río. El Juli, quien reaparece después de la cornada en Sevilla, será el padrino, Talavante, quien pegara un petardo en Madrid en su encerrona, será el testigo. Diego Silveti podrá sentirse satisfecho del resultado de su comparecencia en la catedral mundial del toreo, cortar una oreja en la isidrada no asunto menor. Con todo orgullo podrá decir: Prueba superada.