Viernes 07 de Junio de 2013
Ángel Soriano Día de la Libertad de Prensa Mucho se ha cuestionado la celebración el 7 de Junio del Día de la Libertad de Prensa, originalmente creada en la época de las vacas gordas cuando había plena convivencia entre el poder público y la prensa escrita, y cuando los funcionarios de alta nivel se daban el lujo de reunirse “en privado” con un reducido número de jefes de redacción y de información para intercambiar puntos de vista sobre temas importante sin que las opiniones trascendieran a la opinión pública. A la ruptura de esa relación y la proliferación de medios impresos y electrónicos la tradición sólo perdura en algunos estados de la República en donde los comunicadores y los gobernadores mantienen la tradición, salvo en aquéllas entidades donde los mandatarios han arremetido contra periodistas y medios, culpándolos de la situación de ingobernabilidad que viven sus estados. Sin embargo, es pertinente aclarar que en algunos funcionarios, principalmente a nivel municipal y estatal, en algunos círculos caciquiles, se tiene la idea de que los causantes de la inestabilidad social son los medios que dan a conocer los acontecimientos cotidianos en diversas regiones del país que exhiben la incompetencia de las autoridades y les causan malestar, motivo por el cual atacan, desaparecen, golpean o secuestran a los periodistas con el afán de “acabar con el mal” el cual no tiene remedio en tanto haga falta imaginación y decisión de las autoridades para dar soluciones de fondo a los problemas sociales del país. Hoy, a medio siglo de que el coronel García Valseca instituyera el Día de la Libertad de Prensa, las actividades públicas y privadas de los hombres y mujeres que conforman la actividad administrativa, dirigentes sociales y políticos y hasta el ciudadano común y corriente, cualquier hijo de soldado o hijo de vecino, es observado por las redes sociales que en cuestión de segundos dan a conocer al mundo lo bueno lo malo de sus conductas y acciones y hasta documentar hechos delictuosos que, cuando son ya muy comprometedores o accionados por manos expertas, no se conocen. Diversas organizaciones gremiales han instituido “días” diferentes para la celebración del Día de la Libertad de Prensa, realizado acciones paralelas con el objeto de rescatar esa celebración de lo oficial, sin mucho éxito, pues el éxito sólo se conoce cuando proviene del o para el poder que es el principal atractivo del ser humano, y entre menos poder tenga una agrupación o un personaje convocante a una celebración de este nivel, simple y sencillamente no tiene los alcances deseados. Y fue precisamente el coronel García Valseca quien, por su cercanía con el poder presidencial, su capacidad de convocatoria era amplia y no había nadie que escapara del festejo y de la celebración de la amena relación prensa-medios, la cual ha sido rota por la multiplicación de medios y periodistas que impiden que el monopolio de la comunicación sea un coto cerrado y que sean sólo unos los que la disfruten. Los tiempos han cambiado y los festejos también. Ya los periodistas y medios agredidos argumentan que no hay nada que celebrar. Al contrario, exigen cuentas a las autoridades sobre la solución a los casos pendientes de agresiones, secuestros, golpizas y persecuciones de los colegas en diversas partes de la República donde, lamentablemente, se sigue cultivando la idea de que son los comunicadores los autores de la violencia y de la intranquilidad nacional, lo cual es equivocado. www. revista-brecha. com vidanacional@yahoo. com