Jueves 08 de Agosto de 2013

Ramón Zurita Sahagún

 Agüera por la revancha 

Enrique Agüera Ibáñez, candidato perdedor a la alcaldía de Puebla no sufre ni se acongoja por la vergonzosa derrota que le ocasionaron a su partido y que frustraron parte de sus sueños. Una de sus tres premisas propuestas para el presente año no se cumplió, aunque las otras dos parecen cabalgar con éxito y en poco tiempo se harán realidad. Por lo pronto, el ex candidato priista al ayuntamiento de Puebla cumplirá su segundo propósito, el de casarse y lo hará en esta misma semana, aunque no llevará a la novia el regalo prometido, de convertirla en la primera dama municipal. Convertida su segunda promesa en realidad, Agüera Ibáñez quien se tomó un respiro con vacaciones después de la derrota, por lo que no procederá a la tradicional luna de miel, se abocará a la sucesión en la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). La intención es la de conservar la comuna universitaria como un coto de poder, con elección del actual Rector Alfonso Esparza por cuatro años al frente de la máxima casa de estudios poblana. Agüera Ibáñez y su grupo de poder comandado por Damián Hernández y Jorge David Cortés, pretenden resarcir los altos costos de la frustrante campaña electoral con los recursos del plantel universitario. La disputa por la rectoría no será sencilla, ya que desde el propio gobierno poblano se pretende arrancar el plantel del control de los grupos priistas. Es cierto que desde el gobierno estatal no se cuenta con una figura de nivel que pueda competir con el grupo del ex Rector, pero también lo es que el apoyo parece dirigido hacia el mismo candidato (Alfonso Esparza), con el que será más fácil negociar y desplazar al grupo de Agüera. La intención del candidato priista derrotado era la de empujar en favor de Damián Hernández, director de Atención Ciudadana o del propio Jorge David Cortés, pero sus currículos no le alcanzan para ello. Y es que Enrique Agüera, una vez digerida la derrota, pretende reforzar sus otros frentes, para evitar que la pérdida de la alcaldía sea el inicio de una debacle general, que lo llevaría a refugiarse a sus planteles universitarios privados. Eso es una muestra de que la derrota electoral sufrida por el PRI en Puebla no dejó, cuando menos entre todos sus candidatos y militantes, abatimiento, desolación, frustración, tristeza, abandono y apatía, aunque si deseos de revancha. Por eso, se busca responsables de la debacle, aunque distan mucho de buscar entre sus propios coordinadores de campaña y encargados de la estructura, donde se sabe existieron fallas garrafales de logística y el dinero se quedó en el camino, por lo que buscan endosarles la responsabilidad a otros personajes que para ellos son sospechosos. La candidatura de Enrique Agüera se decidió desde el CEN del PRI, ya que se consideró que el entonces Rector de la BUAP reuní los condicionamientos necesarios para arrebatar la plaza a los panistas. Se tomaba como referencia que Enrique Doger había hecho lo propio, saltar desde la BUAP a la alcaldía y los resultados habían sido satisfactorios, aunque no escucharon las recomendaciones el propio Doger, quien les explicó que los números de las encuestas eran engañosos, pues el traía la experiencia de que las cifras que le concedían como prospecto a candidato en sus tiempo de Rector variaban mucho con las obtenidas sin el halo universitario. La recomendación de Doger fue mal vista por el candidato, quien consideró que lo hacía con la malsana intención de perjudicarlo por no haber obtenido nuevamente, el hoy diputado federal, la nominación al ayuntamiento poblano. Agüera olvidó que Doger lo había llevado de la mano a la rectoría universitaria e inició un golpeteo sistemático contra su antecesor. Enrique Doger prefirió mantenerse al margen de la campaña, aunque asistió a los eventos emblemáticos en los que era requerido. Ahora se le reclama sus poca participación en campaña y desde el círculo cercano de Agüera se pretende endosarle un juicio de expulsión del partido, el que seguramente, no procederá, aunque si servirá para manchar la militancia dentro del partido del diputado federal. La historia de la debacle priista en Puebla, aún tiene muchos ángulos que explorar y la disputa por los reducidos espacios de poder que le quedaron al partido tricolor en esa entidad, serán motivo de otros comentarios. Por lo pronto Tehuacán se convirtió en la ínsula tricolor en el estado, que si bien es el segundo ayuntamiento en número de habitantes se encuentra distante de la capital estatal. La alianza conformada por el PAN y sus aliados PRD, Nueva Alianza y PT, consolidaron todo el núcleo cercano a la capital con Puebla, San Andrés Cholula y san Martín Texmelucan, entre otros ayuntamientos, mientras que el Movimiento Ciudadano se apropió de San Pedro Cholula.

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