Viernes 04 de Octubre de 2013
¿Rodarán cabezas?  Ramón Zurita Sahagún Varios nombres del gobierno federal son mencionados dentro de las responsabilidades que se pretende fincar sobre los que recaerá parte de la responsabilidad del desastre que provocó muerte y desolación en varios estados del país. Claro que finalmente ninguno de ellos provocó el fenómeno que desencadenó las lluvias, ni mucho menos asentó a la población en las faldas de los cerros, ni en las márgenes de los ríos, ni mucho menos vendieron los terrenos para vivienda. Sin embargo, sí son corresponsables del tamaño de la tragedia, por no informar con oportunidad, ni acudir con rapidez en auxilio de los damnificados. Dentro del drama que viven los habitantes de los estados afectados, hay una serie de elementos que se conjugaron en torno al desastre ocurrido. Son responsables funcionarios de la presente administración y de pasados gobiernos, tanto a nivel federal como estatal y municipal. El reparto de responsabilidades es tarea de las autoridades, las que deberán investigar a fondo y deslindar responsabilidades, tanto de funcionarios de los tres niveles de gobierno como de la iniciativa privada. El hilo siempre se rompe por lo más delgado y eso parece suceder nuevamente, cuando la discusión se estanca en saber si se avisó o no con tiempo para que las autoridades locales y los habitantes de esas zonas tomarán sus previsiones. Meterse a fondo en la investigación es tarea de todas las autoridades, aunque ya empezó el deslinde de varios de ellos, los que curándose en salud niegan la autorización para fincar viviendas. La atención se centra en Acapulco y su exclusiva Zona Diamante, pero en la zona montañosa del estado, en la Costa Chica, en la Costa Grande, en la Tierra Caliente, también sufrieron afectaciones. Revisar los eventos del pasado y deslindar responsabilidades debe ser tarea exhaustiva del actual gobierno. Sin embargo, también hay que revisar la negligencia de algunas autoridades. José María Tapia Franco, director general del Fonden (Fondo Nacional de Desastres), se encontraba en viaje de placer fuera del país, cuando sucedió la tragedia. Tapia Franco está siendo satanizado por elegir “la ciudad del vicio y del pecado” como destino de las Fiestas Patrias, por lo que la investigación debe fincarse sobre si atendió o no su responsabilidad como director del Fonden. Según el propio gobierno federal, Tapia Franco se presentó en Acapulco hasta el 16 de septiembre, es decir dos días después de que inició el desastre y cuando los ríos se habían desbordado, las viviendas anegadas y los cerros desgajados. Luis Felipe Puente es otro de los personajes cuestionados. Ex alcalde de Atizapán y coordinador nacional de Protección Civil, dependiente de la Secretaría de Gobernación, Puente se deslindó de inmediato y dio a conocer las alertas enviadas a los estados, las que tampoco resultaron de gran ayuda. Otra oficina bajo observación es la de Conagua, de la que depende el Servicio Meteorológico Nacional. Pero al margen de estos y otros servidores públicos del gobierno federal y el hecho de fincar responsabilidades, se debe ir a fondo en todos los terrenos, para evitar que en un futuro se continúen presentando sistemáticamente este tipo de hechos dramáticos, crueles y vergonzosos. Email: ramonzurita44@hotmail.com Email: zurita_sahagun@hotmail.com