Sin batidoras ni hornos de metal, la familia Juárez Lozano, una de las principales dinastías dedicadas a la panadería, señala que la elaboración de su hojaldra gusta por su toque artesanal Gustavo Herrera Corresponsal Huactzinco,Tlax.-Fieles a sus tradiciones, el municipio de San Juan Huactzinco en esta temporada deleita desde su llegada a quienes lo visitan con el olor característico de pan de muerto, pues el horneado en la gran mayoría de las casas se siente, percibe y sobre todo se huele en el ambiente. En esta ocasión, El Popular, diario imparcial de Puebla acudió con la familia Juárez Lozano, reconocida en la región como uno de las principales dinastías panaderos que no sólo elaboran pan de temporada sino prácticamente todo el año producen el también conocido pan de fiesta para su venta en su mayoría en la Ciudad de México. Tras una breve charla, aceptaron que viéramos el proceso de elaboración del pan que en estos días registra una alta demanda, pues los integrantes de la familia lo hacen a la “antigüita” sin batidoras de alta magnitud ni hornos de metal, aquí todo se hace a mano. Quien lleva la dirección en esta ocasión es Édgar Juárez Lozano quien junto con sus hermanas Isabel y Anabel aprendieron desde pequeños el oficio; su papaá y maestro, Juan Juárez Nava no se encuentra así como su mamá Reyna Lozano Atemi pues acudieron a vender a la delegación de Iztapalapa el tradicional pan sustento de la familia. “Nosotros ya tenemos tiempo elaborando pan, aquí la gran mayoría se dedica a eso, es una tradición tlaxcalteca el pan que aquí elaboramos en San Juan, ya muchos lo hacen en otras partes pero la tradición empezó aquí, a la gente le gusta y por eso seguimos con el oficio que nos enseño mi Papá el sabor y la calidad es inigualable” comentó mientras amasaba. Cada quien hace su labor Conforme pasa el tiempo el cuarto se llena de olores agradables, cada quien hace su labor, su esposa Argelia Nophal pone las bolitas de masa sobre el papel para darle forma una a una a las hojaldras, posteriormente les pone huevo encima mientras también cuida a su hijo, el pequeño Daniel ya también mete las manos. En tanto, Anabell amasa en un contenedor de madera mientras su hermana Isabel corta pequeños pedazos de masa para hacer las bolitas que llevan arriba, la hojaldra poco a poco va tomando forma todas las piezas que serán metidas con una garrocha al horno. “Aquí el secreto es el calentado del horno, a esto hay que saberle si no se quema el pan y no lo quieren, pero ya le sabemos a esto, mis padres nos enseñaron y nos enseñaron bien, ahorita no nos damos abasto con todo lo que hacemos, ellos ya están en la Ciudad de México vendiendo, nos llevamos muchos huacales llenos y gracias a dios se vende todo. “Hoy nosotros también estamos trabajando porque vamos a Santa Anita Nopalucan de allá es mi esposa y llevo a vender, apenas fui y se terminó todo entonces voy a volver a hacer” señaló. Posteriormente ya en fila a las hojaldras se les pone el ajonjolí y con garrocha en mano se introducen en el horno previamente calentado, los colores rojizos empiezan a surgir con el calor para posteriormente adoptar su tradicional tono café. Ya una vez horneado el pan, se coloca sobre largas tablas de madera para que se enfríen y posteriormente se acomodan en los huacales donde serán transportados para su venta al público en general. “A nosotros nos gustan nuestras tradiciones y nuestro producto rebasa fronteras, ya tenemos mucha competencia pues aquí en Tlaxcala también elaboran en Totolac y otros municipios pero son procesos diferentes aquí se hace de manera artesanal y acudimos a las ferias donde nos dejan vender nuestro producto, es una característica de Tlaxcala el pan de aquí” finalizó Édgar Juárez Lozano. |