Clínicas a la deriva. El sector salud en Puebla, está sin pies ni cabeza. Utilizan la pandemia para “curarse” en salud. Las clínicas y hospitales carecen de lo básico para el funcionamiento. Delegados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud – SNTSA- tomaron cartas en el asunto y empezarán a denunciar las anomalías. La situación en el hospital de Tlaola es insostenible. Durante años los empleados han aguantado: abusos de autoridad, nepotismo, negligencia y faltas de respeto de parte de los directivos. Las evidencias -de las que La Entrega cuenta con una copia-. Entre otras destacan: 1.- El actual director del hospital, doctor José Vicente Hernández Hernández, solapa todas el pésimo manejo administrativo de la titular Lisbeth Rivera Martínez y de Recursos Humanos Juana Yesica Ortiz Lira, atropellan los derechos del personal. Limitan permisos, vacaciones y por si fuera poco hostigan a los trabajadores. 2.- La llegada del doctor Elmer Lázaro Oloarte a invitación directa del director Vicente, para colocarlo al frente del servicio de pediatría. Con poco más de un año de laborar le gestionó su contrato tipo INSABI sin estar registrado en la plantilla del hospital. Fue contratado como médico general, pero se desempeña como especialista en pediatría -sin serlo, por supuesto-. Tiene horario preferencial. En el hospital comunitario se dan el lujo de atender a pacientes neonatos -recién nacidos- con patologías como: Sepsis neonatal, prematuros, taquipnea transitoria del recién nacido, síndrome de aspiración de meconio, síndrome de de membrana hialina, hiperbilirrubinemia entre otros. Todo lo hacen en un área designada como pediátrica con espacio limitado para dos cunas. Esta área y el resto del hospital, carecen de vigilancia epidemiológica para garantizar la sanidad y operatividad infecto contagiosa para pacientes y personal El Dr. Lázaro Oloarte, cuenta con un sello personal. Así como un letrero de consultorio de pediatría donde se especifica el número de cédula 8033054, categoría C1, que corresponde según el registro nacional de profesiones a un nivel licenciatura. Los códigos A1, son para especialidades médicas y otros de nivel superior que no tiene. El hospital comunitario Tlaola, no cuenta con enfermeras especialistas en pediatría o neonatología. Tampoco médicos residentes en pediatría o especialistas. El doctor Lázaro Oloarte, ha mantenido neonatos hospitalizados en el área de pediatría. Junto con el director Hernández Hernández, ordenaron que ingresen pacientes provenientes de unidades particulares con cobros y arreglos por fuera. Como el caso de la señora Maribel Lozada Galindo, quien recibió maltrato por parte del director. Y tomó decisiones incorrectas que afectaron la salud y bienestar materno fetal de su gestación en trabajo de parto. También la señora Evangelina Hernández Rivera, falleció después de ser intervenida quirúrgicamente en el hospital de Tlaola, por una histerectomía vaginal con diagnóstico de uterocele grado III. El doctor Hernández Hernández certificó como causa de la defunción un infarto agudo al miocardio. ¡Hospitales riesgosos! Reporte del Informante Sigue la ambición. La aparente calma con la reapertura del campus de la UDLAP, solo es un compás de espera para velar armas e ir en pos de los 720 millones de dólares. La sociedad del panista Roberto Gil Zuarth y el gobierno del estado de Puebla, lejos están de quitar la mira en la millonaria fortuna. Las dos partes interesadas de la familia, saben que en un momento dado van a tener que negociar. Aunque también existe la posibilidad de alargar el asunto en los tribunales -es lo más conveniente- hasta que acabe la administración actual y ver cómo vienen los nuevos tiempos. ¡Dinero nada más! Licenciado en periodismo
|