Actuar en el evento musical, llena de buenos recuerdos y de un significado positivo a los integrantes
AgenciasMÉXICO, DF.- Sabo Romo, bajista de Caifanes, expresó su alegría y el honor que le causa regresar a los escenarios del Festival Acapulco, un lugar que lo llena de buenos recuerdos y de un significado positivo y afectivo. La presentación se efectuó en el Jardín Sur del Centro Internacional de Convenciones Acapulco. Acompañado por sus compañeros, el vocalista Saúl Hernández, el guitarrista Alejandro Marcovich, el baterista Alfonso André y el tecladista Diego Herrera, Sabo Romo se refirió a Acapulco como un lugar tranquilo, seguro para los artistas y con un gran público abierto a las diferentes propuestas musicales. “Venimos a traer un poco de buena onda, queremos poner buena vibra en el escenario. Los dos conciertos que hicimos el año pasado estuvieron llenos de gozo”, agregó Diego Herrera. El tecladista recordó que el año pasado, cuando él y sus compañeros iniciaron una gira de reencuentro, tras 16 años separados, visitaron en dos ocasiones Acapulco: la primera en el marco de los premios Telehit y la segunda para ofrecer un concierto en el Forum Mundo Imperial. Emotivo concierto La canción Viento fungió como apertura del recital, que se caracterizó por tener un mensaje musical y social, fiel al estilo que el quinteto ha mantenido a lo largo de su historia y que fue aderezado por el entusiasmo del público reunido en el escenario. “El aplauso es para ti, raza”, expresó Saúl Hernández para agradecer la emotiva recepción que el pueblo acapulqueño le brindó a él y a sus compañeros. Para el gran cierre de la emotiva velada, Caifanes interpretó La Negra Tomasa, que hizo bailar a los miles de asistentes reunidos, quienes corearon, junto con el grupo, letra a letra el icónico tema. Al final de su concierto, el quinteto recibió un galardón especial por parte del Festival Acapulco como reconocimiento a su trayectoria musical.