Miércoles 26 Septiembre 2012
**Maestros y alumnos de la BUAP analizan la novela del escritor mexicano que, se ha convertido en un escritor memoralista Redacción Carlos Fuentes pasó de ser un escritor con visión historiográfica, a un escritor memorialista, cada vez más preocupado por México y sus relaciones con el mundo, consideró Aída Nadi Gambetta Chuck, investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras. Al impartir la conferencia magistral “El constructor del historiador en la narrativa de Carlos Fuentes” en el Encuentro de maestros y alumnos sobre la novela histórica de los siglos 20 y 21, la académica presentó esta ponencia a manera de homenaje a la obra del escritor fallecido el pasado 15 de mayo. En el Auditorio Elena Garro de la FFyL, Gambetta Chuck, presentó novelas y relatos, para analizar cómo Fuentes pasó de ser un novelista que manifiesta una posición de historiador a un escritor de la memoria, al hablar del mundo en que vivimos identificado como el presentismo. La académica afirmó que al final de su vida académica literaria Fuentes publicó dos novelas: “La Voluntad y la Fortuna” y “Adán en Edén”, que trabajan más con la memoria y representarían el presentismo, es decir hablar de la actualidad del mundo en que vivimos. Por otro lado Gambetta Chuk señaló que al ser un hombre internacional, Carlos Fuentes comenzó ocupándose del centro de México en sus primeras novelas y relatos, luego se dirigió a Estados Unidos, Europa y regresó a México. Al analizar la novela “Los Años con Laura Díaz” expresó que esta obra sintetiza la historia de México tanto en la política, la literatura y las artes plásticas por la relación con los grandes escritores y calificó al escritor como un hombre más memorialista, preocupado por México y sus relaciones con el mundo. En el segundo día de actividades de este encuentro la doctora María del Carmen Santibáñez Tijerina, profesora e investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras desarrolló la ponencia “Mito o realidad de la Revolución Mexicana en “La Región más Transparente” el tiempo ficcional en el tiempo de la historia fuentiana”. Expresó que la novela, de Carlos Fuentes, a pesar de que no posee características de la historia, sí se vislumbra que participa de la reescritura de fuentes históricas, “oscila entre el presente y el futuro para remontar al pasado a través de recuerdos de aquellos hombres que con sencillez de corazón creían en los cambios propuestos por la Revolución”.