Martes 30 Octubre 2012
Aunque con estilos musicales distintos, lograron cantarle a un solo público que con aplausos agradecieron la presencia de estos artistas UNA Explosión musical que revolucionó los sentidos se vivió el domingo durante el concierto de Enjambre y Carla Morrison, quienes pisaron suelo poblano en el Auditorio del Complejo Cultural Universitario, que lució a reventar. Cerca de las 22 horas, y tras una breve espera en las instalaciones del auditorio, Carla Morrison saltó a la escena. Los gritos de sus fanáticos no se hicieron esperar. Ataviada en vestido rojo, Morrison saludó y agradeció al público poblano y justo entonces las notas de Buena malicia hicieron eco en los oídos del auditorio que al reconocer la canción, emocionado gritaba “Te amo Carla”, de modo estridente. La escenografía de Morrison fue sencilla e intimista, estando lo más cerca posible de su audiencia, luces tenues y discretas, a veces únicamente un reflector sobre ella. De momento, la originaria de Tecate, Baja California, pidió silencio: “Cuando escribí está canción, yo pedía una segunda oportunidad. Pero me di cuenta de que yo no estaba para pedir, sino para que me pidan”: entonces sonó Maleza. Siguieron canciones como Pan dulce, Lágrimas, Pajarito del amor, Me encanta, Sin despedir, Una salida, Disfruto, Compartir, Hasta la piel, entre otras. “Puebla, sólo les pido un favor, un favor nada más… déjenme llorar”, la nostalgia de los presentes apareció, no hubo gritos, pero si una conexión entre Morrison y sus fanáticos. Llegó el final, Morrison se acercó al borde del escenario, las luces se apagaron, Compartir se escuchó en toda la sala, entonces los reflectores se iluminaron intensamente. Carla en escena, a contraluz, diciendo adiós al público poblano. Escasos minutos de espera, no más de 20. Las luces se apagaron, los gritos inundaron el auditorio, pero sin nadie en escena. Repentinamente comenzó la guitarra a ser rasgada, el alarido continuó y por fin las luces se encendieron. Enjambre a escena. El quinteto se alejó del estilo de Morrison, fue más directo, más fuerte, más sucio, canción tras canción, un remolino musical. Se notó la experiencia del grupo, que incluso ha participado en el Vive Latino, tres veces. Cabe recordar que Enjambre fue un proyecto nacido en Estados Unidos, pero fue en México donde tomó fuerza. Ahora la banda tiene tres discos a cuestas: “consuelo en Domingo”, “El segundo es felino” y “Daltónico”. El grupo es arriesgado, pero nostálgico, por momentos con letras claras y precisas y a veces con canciones más complicadas. La guitarra y la batería son feroces, mientras Luis Navejas (vocalista de la banda), baila en medio del escenario, acompañado por los gritos del público. Canciones como Yugular, dulce hogar, Dulce soledad, Cobarde, Enemigo, Intruso, Somos ajenos y “Manía cardiaca”, hicieron las delicias de los poblanos. Al final, el grupo se fue entre aplausos, “gracias, Puebla”, el público pidió otra. Los gritos de emoción continúan, tanto de hombres como de mujeres. Las luces del auditorio se encienden y la gente poco a poco comienza a abandonar el recinto. Deleita Morrison al público poblano.