05 Mayo 2013
En el atrio de la Iglesia de Santo Domingo se pueden apreciar tres esculturas monumentales del artista mexicano Javier Marín  Vidal PINEDA  El atrio de la iglesia de Santo Domingo se ha convertido en la galería al aire libre en la que los poblanos y visitantes pueden apreciar las tres esculturas monumentales que desde este viernes exhibe el artista mexicano Javier Marín. El objetivo central de esta exposición monumental en bronce es que las obras se integren al ambiente y que puedan ser observadas tanto por el ciudadano común, así como por aquel que sabe de arte. En estas se aborda la temática de contrastes, similitudes, dolor, éxtasis, origen y destino. A ellas se han acercado un gran número de espectadores que se asombran de la magnitud de las piezas. Aurora Noreña, reconocida crítica de arte, escribe acerca de la obra, que “el proyecto de Javier Marín, que persigue itinerar por diversos enclaves de la República Mexicana tres piezas colosales de bronce, busca intervenir el espacio público para alterar su normalidad, propiciar encuentros inéditos con el arte, y contribuir a desencadenar toda serie de circunstancias e historias que enriquezcan el consumo vivencial de la ciudad, y la rememoración particular de la misma”. Las tres colosales esculturas han sido colocadas justo en la puerta principal del templo, lugar propicio para que los visitantes se tomen fotos con ellas antes de ingresar al recinto religioso. Ésta exposición itinerante presenta las esculturas de un total ocho piezas fabricadas en bronce y resina de poliéster con alturas de hasta tres metros y peso de más de un tonelada. Ha a recorrido lugares como Holanda, Bélgica, Italia, Canadá y diversas ciudades de la República Mexicana. La obra de Marín gira en torno a la figura humana. La intención de Marín es que cada persona que se encuentre frente a las obras pueda imaginar y crear su propia visión. El texto de la muestra realizado por el curador Eduardo Mier y Terán, resalta que la obra del artista “lleva al espectador a recordar imágenes estéticas de distintos momentos y lugares de nuestra historia como seres civilizados. Nos coloca en un momento y de una manera que pudiéramos reconocer”. En nuestro país este proyecto inició en con el montaje de las tres obras monumentales en la explanada de la entrada del Museo Nacional de Antropología e Historia, en el marco de la exposición Cuerpo y belleza en la Grecia antigua. Después se mostraron en la plaza de Santo Domingo en el Centro Histórico de la ciudad de México. las cabezas colosales fueron llevadas a la península de Yucatán y presentadas en la plaza mayor de Campeche. Aunque la escultura es su trabajo más conocido, Javier Marín ha incursionado en otros medios como la pintura, el grabado, la gráfica y el diseño de vestuario. Uno de los elementos que caracteriza su obra es la investigación de distintos materiales para la realización de sus piezas. El barro, como inicio de todo trabajo de modelado, marcó sus primeros años como artista. Al explorar la fundición de su obra en bronce, decidió hacer piezas de resina poliéster para generar una memoria de trabajo que fuera menos pesada. Así, descubrió el gusto por este material para su obra final, mismo que, algunas veces, mezcla con materiales orgánicos e inorgánicos. Su obra más reciente está realizada con partes de sus propias esculturas como material de base.