Miércoles 12 Junio 2013
Los bailarines ingleses de Stomp ofrecieron una espectacular presentación con su Street Performance Redacción El público poblano aplaudió y gritó al ritmo de los bailarines del espectáculo de Stomp que tuvo como sede el Auditorio Siglo XXI, escenario en el que presentaron un Street Performance que  impactó con golpes armónicos y coreografías audaces en las que se utilizaron escobas y cubetas. Los artistas contagiaron a los presentes con las notas que marcaban cada uno de los integrantes de la compañía inglesa. Tubos, latas, cilindros, cámaras de llanta, papeles y hasta encendedores reemplazaron los tambores, congas y cajones que comúnmente se emplean en una orquesta, con lo cual seis hombres y dos mujeres demostraron en la Angelópolis que todo origina un sonido, que las melodías pueden surgir en todo lugar y que sólo hay que encausarlas con creatividad para lograr un show como este que ha sido ovacionado en varias países. Un sólo bailarín que estaba en el escenario con una escoba fue quien dio inicio a la demostración de tap, luego de aburrirse de barrer el polvo del lugar, a él se sumaron sus amigos para conformar una elaborada coreografía que fue acción pura cuando los sonidos cobraban fuerza y ellos imprimían mayor vigor en sus bailes, saltos y golpes en el suelo. La escenografía parecía de lo más simple: objetos pegados a la pared de fondo, que bien puede ser la de un viejo taller mecánico o el depósito de una fábrica, todo lo cual sirvió para crear música perfecta para los oídos de los presentes. Entonces vinieron más utensilios para crear un ambiente mágico con latas de aluminio, tapas de basureros y piezas de tubería de plástico con lo cual se ganaron el aplauso de los poblanos. En total obscuridad, en una parte del show sólo se observaban las pequeñas flamas de los encendedores que se encendían y apagaban con ritmo, como si fueran notas musicales en llamas. Los integrantes de Stomp regresaron al escenario colgados en lo alto mientras golpeaban diferentes objetos como si fueran baterías modernas que de manera coordinada dieron como resultado una sinfonía callejera que se complementó con el sonido de las palmas de la audiencia. Así, los bailarines ingleses cumplieron con su público, incluso en un momento determinado asombraron a la audiencia al salir a tocar con lavabos de cocina metálicos atados cual si fueran tambores, mismos que al contener agua en diferentes medidas, generaban tonos que sirvieron para dar rienda suelta a su versátil interpretación artística al estilo rap y hip hop. EL DATO:  Objetos pegados a la pared de fondo, que bien puede ser la de un viejo taller mecánico o el depósito de una fábrica fueron elementos que conformaron la escenografía.  EL APUNTE:  En una parte del show sólo se observaban las pequeñas flamas de los encendedores que se encendían y apagaban con ritmo, como si fueran notas musicales en llamas.  LO CURIOSO:  Un sólo bailarín que estaba en el escenario con una escoba fue quien dio inicio a la demostración de tap, luego de aburrirse de barrer el polvo del lugar, a él se sumaron sus amigos.