| En 1821 ya casi todas las naciones americanas se habían independizado y como mexicanos no quedó otra opción que seguirles el paso Luis Dinorín Hasta este tercer reporte la independencia de los pueblos americanos debe entenderse como el resultado de la desintegración del dominio español, aunque en realidad ninguna de estas naciones había alcanzado el grado de madurez que determina su crecimiento como un proceso que debía darse de forma natural. Varios historiadores, incluidos Vasconcelos y Francisco Martín Moreno, concuerdan en la idea de que nuestra Independencia fue resultado de las presiones ante las circunstancias en que vivía el extranjero, por tanto puede decirse que en México no estábamos preparados para ella y mucho menos la deseábamos. Pero para 1821 ya casi todas las naciones americanas se habían independizado y como mexicanos no quedó otra opción que seguirles el paso. Si hoy los héroes de la nación gozan de fama es porque esta se hizo a base de grandes mitos y la fabricación de realidades, que en verdad están lejos de las realidades o verdaderos intereses de nuestra patria, menciona Vasconcelos en su libro Breve Historia de México. La traición en la España de entonces comenzó en el gobierno de los Borbones, quienes fueron personalistas antes de atender las necesidades de un pueblo. El caos se agravó con la intervención Napoleónica, en combinación con las ideas del Despotismo Ilustrado que explicamos en las entregas anteriores, dejó a las naciones desorientadas y confundidas como para que empezaran las crisis económicas. En estas condiciones a México le quedaba sólo una cosa: refugiarse bajo el manto de los Estados Unidos, mientras América Latina quedó sepultada bajo las faldas de la Inglaterra. Desde entonces, los hombres más notables de la Colonia se anticipaban a predecir la inminente pérdida del terreno mexicano. Los dos pueblos más atolondrados por la influencia española (México-Perú) se resistían a la Independencia, pero esta llegó por influencia del exterior. A Perú lo liberaron colombianos y argentinos, mientras México lo logra cuando ya no tiene más que hacer. Durante el siglo 18, la situación de las naciones hispanas mejoró, mientras la idea de las metrópolis disminuyó. Aquí comienza el periodo de desplazar a lo indio para desenraizar a los españoles y comenzaron a reemplazarla por las raíces nórdicas. Al estar debilitada la metrópoli, esta era la oportunidad única para levantarse en armas en contra de la Corona, pero al pelear, los ejércitos se debilitarían y no tendrían fuerzas para seguir adelante y quedar como quedaron, a merced de otros enemigos que también se decían enemigos de España. Sin saberlo, todos los promotores de la independencia de algún pueblo latinoamericano trabajaron para Inglaterra o Estados Unidos. En México la chispa encendida por el Ejército Trigarante se apagaría con el paso del tiempo. En Venezuela, los grandes pensadores fueron lanzados como carne de cañón hasta provocar una revolución. México contra las 13 colonias La historia oficial de nuestro país marca que la independencia de las llamadas 13 colonias para formar el actual territorio de Estados Unidos fue crucial para provocar el movimiento en el territorio nacional, pero no es así, para esto hay que distinguir las diferencias entre cada levantamiento. En territorio americano nunca se vivió el movimiento como una guerra de castas. Resulta imposible comparar el papel de Morelos con el de Washington, para esto habría que poner al segundo en un caso extremo de reclutamiento de personas negras o mulatos antes de ponerse a matar ingleses. En cambio, lo que realmente sucedió fue que éste personaje comenzó a reclutar verdaderos ingleses que no pretendieron ponerse a matar gente, sino sólo ser mejores como ingleses que eran. Según el texto de Vasconcelos, fuente principal de este trabajo, lo que la Independencia de México debió proponer era que los españoles que vivían en México fueran tratados como verdaderos mexicanos y no lanzarse al grito de “¡Mueran los gachupines¡”, como nos hicieron pensar en la escuela primaria. Se debe recordar que el acceso a la información desarrollado en los últimos años ha cambiado la manera de percibir la historia dentro de las instituciones educativas. Por esto, en las investigaciones posteriores se intentarán explicar estas nuevas formas de consumir y entender la historia de México con datos curiosos y otras posturas sobre personajes tan ilustres como el mismísimo cura Hidalgo. Razón suficiente para invitarle a seguir leyendo esta serie de reportajes especiales. |