| Ángello WOLF El público poblano reflexionó sobre el tema de la pena de muerte con los argumentos que cada uno de los actores de la obra 12 Hombres en pugna presentó desde el escenario del Auditorio del CCU, donde además demostraron su calidad artística al poner un toque personal a la obra que fue adaptado para México y que dejo en esta ciudad un buen sabor de boca. Con aplausos se dio la bienvenida a Gustavo Rojo, Héctor Suárez, Roberto Ballesteros, Fernando Ciangherotti, Roberto Blandón, Pedro Sicard, Darío Ripoll, Juan Ignacio Aranda, Darío T. Pie, Óscar Ortiz de Pinedo, Miguel Pizarro, Luis Fernando Peña y Felipe Macías, que personificaron al jurado convocado para dirimir acerca de la inocencia o culpabilidad de un joven que mató a su padre. Para la gran mayoría de ellos todo parecía estar claro y juzgaron en primera instancia al joven como un criminal que tenía que pagar con la pena de muerte, sin embargo, el miembro número ocho del jurado (Becerril), manifestó poseer fundamentos claros de que el joven es inocente. De esta forma inicia el debate sobre el veredicto que deben entregar en la corte. Encabezados por el presidente del jurado (Sicard), la pugna se tornó en ocasiones muy tensa, pues cada uno deseaba demostrar la razón de su decisión, lo que mantuvo al público expectante durante los 130 minutos en los que se desarrolla la puesta en escena. La asistencia en la Angelópolis fue positiva, muestra del interés que tenían las personas por conocer el trabajo de los actores y el tema que se presentó. En silencio, observando cada detalle y reflexivos, hombres y mujeres se adentraban en el caso que los ubicó en la sala de jurados de Nueva York de la época de los años 50, donde los 12 hombres deliberaron sobre las razones que llevaron al joven aprehendido, a tomar acción mortal contra su progenitor, motivo por el cual se le juzgaba. Lo cierto es que con su trabajo en escena, cada uno de los actores aderezó la obra: Héctor Suárez mostró un carácter tan enérgico que lograba desatar las carcajadas del público, dándole un toque de comedia al montaje. Lo mismo sucedió con Fernando Ciangherotti. |