Desde el inicio de la Universidad Nacional de México, los estudiantes se manifestaban en contra de los sistemas educativos Vidal Pineda Aunque la historia y el tiempo han consolidado a la matanza del 2 de octubre de 1968, ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, como un referente de los movimientos estudiantiles en México, este tipo de protestas tienen un antecedente que data de inicios del siglo 20, cuando un grupo de alumnos “insurrectos” de la Escuela Nacional de Bellas Artes se manifestaron en contra de sus profesores, a quienes acusaban de utilizar sistemas educativos obsoletos. La investigadora Maria Luis Alvarado, experta en el tema, señaló en entrevista con esta casa editorial que los movimientos estudiantiles siempre han existido, tal es el caso de los estudiantes de Bellas Artes, quienes en la época maderista y a casi un año de la fundación de la Universidad Nacional de México, lo que hoy se conoce como la UNAM, lograron la destitución del director de la escuela de artes, Antonio Rivas Mercado, a quien acusaban de elegir a la planta académica a través del “amiguismo”. “Este movimiento es importante porque muestra que desde casi los inicios de la vida de la Universidad que se fundó en septiembre de 1910, en 1911 se expresan las primeras inconformidades hacia el sistema educativo, en este caso el de las artes. Es muy interesante porque también muestra las carencias que se vivían, las pautas tradicionales que para los alumnos eran absolutas y en algunos momentos la cerrazón de las autoridades y las consecuencias del movimiento que fueron muy afortunadas a corto y a largo plazo”. La participante del Congreso Internacional sobre Movimientos Estudiantiles que se desarrolla en esta capital, explicó que este movimiento artístico, en el que aparecieron figuras como Siqueiros y Orozco, comenzó con por la informidad que había entre los alumnos por la presencia de maestros que no cubrían los requisitos de enseñanza y que no estaban al tanto de las novedades técnicas de producción artística gestadas en Europa. Lo que a simple vista podría definirse como un asunto poco serio, la conclusión de las protestas culminaron en actos de violencia y represión, una realidad que hasta hoy se constante. “Los movimientos estudiantiles tiene un ritmo común, empiezan con un motivo que puede señalarse como de poca importancia o simples, y se van haciendo cada vez más complejos hasta que acaban en una huelga, en un movimiento muy organizado en el que se invita a otros sectores de la sociedad”, culminó.