Sábado 16 Noviembre 2013
Redacción turismo2Pese al avance del turismo cultural en el ámbito internacional, en México faltan acciones para convertirlo en un motor de desarrollo social y económico. De los turistas nacionales, 5.5 por ciento se interesa por realizar visitas a museos o sitios arqueológicos, y del turismo internacional sólo tres por ciento. No obstante, éste gasta 35 por ciento más que en el turismo recreativo. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que las acciones y políticas de difusión y comercialización del producto cultural de nuestro país son necesarias para alentar esta actividad en diversas entidades como Puebla, Tlaxcala, San Luis Potosí y Querétaro, entre otras, que a pesar de su fuerte recurso cultural, es poco explotado. Para dar un ejemplo de su impacto, hoy en día más de dos millones de familias mexicanas dependen del turismo cultural, advirtió Leticia Perlasca Núñez, coordinadora nacional de Difusión del INAH, ante los expertos reunidos en el 13 Congreso Internacional de Turismo, organizado por el Consejo Nacional Empresarial Turístico. En el caso de Puebla, La funcionaria también destacó la contribución del INAH a la actividad turística a través de sus paseos culturales, un modelo que cuenta con el respaldo de 56 años y que se nutre de los conocimientos generados en años de investigación por especialistas en diversas ramas, como arqueólogos, historiadores, geógrafos, antropólogos y otros profesionales. “Un paseo cultural del INAH puede ser una sencilla caminata sabatina por el Centro Histórico o diez días explorando sitios arqueológicos entretenidos, sólo por mencionar. La guía puede ser una arqueóloga que comparte su pasión por la historia o un etnohistoriador especializado en descifrar el lenguaje milenario de la trama y la urdimbre de los festines de nuestros pueblos”, expresó. Perlasca hizo hincapié en que los paseos culturales del INAH, además de generar recursos a través de un margen excedente, también contribuyen a la economía local. Esto es posible gracias a la propia derrama de los paseantes, quienes suelen adquirir artículos artesanales, la comida, el transporte y otros servicios que ofrecen las comunidades. “La aventura del conocimiento que emprende cada paseante de la mano de los guías del INAH alimenta un orgullo de pertenencia a este legado cultural que es México, y los une al gran mosaico de la diversidad de nuestro país, lo que da pie a que generaciones se vinculen mediante el descubrimiento de sus raíces y la creación de nuestro futuro”, finalizó.