22 Diciembre 2013
María Delia Sánchez Carreón ha dedicado 30 años de su vida a preparar este tradicional postre que forma parte de la cultura gastronómica de México Ángello WOLF Uno de los bocados tradicionales que le dan sabor a las fiestas decembrinas son los tradicionales buñuelos, el postre que no puede dejar de faltar en las mesas de cada una de las familias que se reúnen en este último mes de año para reflexionar y compartir sus alegrías. En esta ciudad, la señora María Delia Sánchez Carreón ha dedicado 30 de sus 56 años a la elaboración de este manjar navideño que se puede comer con una caliente taza de café o leche. El Popular, diario imparcial de Puebla, se acercó con doña María para conocer cómo logra mantener esta tradición culinaria de la cual se ayuda para mantenerse económicamente y dándole el sabor de diciembre a cada uno de sus clientes, aunque además reconoce que muy pocas personas consumen este postre pero a pesar de ello se mantiene vivo en el paladar de los poblanos porque son los adultos quienes no olvidan que los buñuelos son una parte importante de la cultura gastronómica de México. “Las celebraciones navideñas no pueden transcurrir sin probar un rico buñuelo para acompañar un calientito ponche de frutas, es algo que por generaciones se elabora en muchas partes y que yo también realizo para ayudarme a obtener ingresos extras, le pongo dedicación a cada pedido que me hacen porque sé que esto mantiene viva la tradición que heredamos de nuestros abuelos”, comentó la comerciante originaria de Puebla. Cada día durante todo diciembre, la señora María se levanta temprano para alistar sus cosas y vender los 30 ó 40 buñuelos que preparó la tarde anterior, mismos que vende a solo 13 pesos por pieza. “Temprano por las mañana y un ratito por las noches llego a la entrada de la Iglesia del Niño Cieguito, donde además llevo ya pedidos para algunas fiestas”. Desde el atrio de la iglesia ubicada en la calle 16 de septiembre y 9 Oriente, en el corazón de la ciudad, doña maría atiende a todos aquellos que se acercan para llevarse a su casa un pedazo de tradición. Ella reconoce que las ventas en este 2013 no fueron iguales que las de años anteriores debido a la crisis, sin embargo ella no pierde la emoción que le llena este oficio. “Muchas personas han dejado de comprar, estimo que las ventas bajaron un 50 por ciento, son muchos los factores, pero aún así yo salgo a vender porque es una manera de ayudarme a obtener un poquito de dinero para atender algunos gastos”, agregó. La entrevistada tiene 20 años vendiendo buñuelos afuera de la iglesia, ahí acuden los clientes que después de misa se acercan a ella para comprarle buñuelos que adereza con jarabe de piloncillo y guayaba que ella misma elabora siguiendo la tradición que proviene de la época colonial. “Ya se ha perdido mucho la costumbre de comerlos, ahora los jóvenes prefieren otras cosas, pero son los adultos quienes siguen buscándolos. Ellos son mis clientes fieles”.   La elaboración María Delia cuenta que para elaborar sus buñueloe invierte cuatro horas del día. En ese tiempo se dedica a darle vida a los postres que surgen de la masa que obtiene al batir huevos, sal, azúcar, vainilla y leche. Después, hasta que se haga una espuma, va agregando harina, para luego meterla al refrigerador y después freír en aceite y condimentarlos con canela, antes de secarlo. Explicó que aunque muchos comparan los comparan con los churros, son totalmente distintos, “el sabor es diferente y además el jarabe es un toque diferente que para el paladar es rico, ojala que más gente se dé la oportunidad de probarlos en esta época navideña, porque forma parte de nuestra cultura gastronómica mexicana, yo seguiré haciéndolos para vender hasta que Dios me preste vida”, concluyó la comerciante que atiende pedidos especiales para mantener vivo este postre que se elabora en diferentes países de América.