**La “cambia” es única en la región y atrae a más de mil 500 comerciantes para ofrecer una gran variedad de productos CHIETLA Lidchy HERNÁNDEZ Corresponsal  COMO CADA año, la “fiesta de la cambia” en el municipio de Chietla es toda una tradición ancestral, ante ello, el presidente municipal Aureliano Morales, dio a conocer que tan sólo para este año, dicha festividad espera a cerca de 10 mil turistas. Detalló que este municipio es el único de la región que aún continúa con la celebración del tradicional trueque, actividad que se efectuará los días 5 y 6 de junio, y en donde se prevé que participarán un total de mil 500 comerciantes, que año con año, acuden a Chietla a comercializar sus productos mediante la cambia. Entre los principales productos que se comercializan durante estos días se encuentran el aguacate, mamey, mango, zapote blanco y negro, artesanías entre otros. Los comerciantes participantes provienen de lugares como Oaxaca, Guerrero, y Morelos, así como gente de la región que llega a cambiar sus productos. El edil agregó que lo que más se suele dar a cambio de productos es la azúcar, toda vez que la región sur del estado de Puebla es rica en la producción de dicho producto y más aun en esta temporada. Añadió que los visitantes que llegan a efectuar trueques acuden de la ciudad de Puebla, Oaxaca, el Distrito Federal, y municipios aledaños a Chietla. Se prevé que dicha festividad deje una cuantiosa derrama económica al sector gastronómico y hotelero de Chietla. Tradición milenaria Esta fiesta es un legado de las culturas que por su paso hacia el centro del país incursionaron sobre las márgenes del río Nexapa, en busca, sobre todo, del agua, fuente de vida, ya que existía una exuberante vegetación, un envidiable clima y por supuesto la fauna también era abundante. Los olmecas, en su expansión comercial y militar tomaron la ruta hacia el Altiplano Central, pasando por Morelos y México, y establecieron tribus de paso en Oxtotla (San Mateo Oxtotla, Epatlán), Las Bocas (Izúcar de Matamoros), Zolonquiapa (Tilapa), Chietla, Jolalpan y Chalcatzingo (Morelos), hasta llegar al Estado de México. También siguieron la ruta hacia Oaxaca, Guerrero y al sur hasta Guatemala y Centro América. Y como en la época prehispánica, los comerciantes bajan de las montañas de Guerrero, Tlapa, Olinalá; Oaxaca, Puebla, Chigmecatitlán, Cholula, Acatlán, Tehuitzingo, Piaxtla, Chiautla, Atlixco y municipios aledaños como Izúcar, Calmeca, Cohuecan, Acteopan y de localidades de la misma Chietla, los cuales llegaban con días de anticipación al Jueves de Corpus, para establecerse en el zócalo con sus mulas o burros cargados de huacales con mercancías, y realizar la Gran Plaza. Los artesanos que arriban a Chietla son recibidos por las autoridades, acompañados de música de banda y cohetes, además de danzas y bailables, para hacer de este recibimiento una verdadera fiesta que termina en la explanada del zócalo; sin faltar por supuesto la participación de burritos o mulas adornadas con huacales o chiquihuites, frutas y flores, para simbolizar así la entrega de “las primicias” o “el diezmo” que se llevaba a la Iglesia como un agradecimiento por los primeros frutos de la temporada. LA LEYENDA Cuenta una leyenda que Citláhuac, guerrero mexica, rescató de la piedra del sacrificio a su amada princesa, y huyeron de la gran Tenochtitlán para asentarse en estas tierras, maravillado de su esplendor y, antes de morir, su amada dio a luz una bella niña, a quien le pusieron el nombre de “Chia”, de donde deriva la palabra Chietla. LA COSTUMBRE Durante la época colonial, la celebración se llevaba a cabo el siguiente jueves al octavo domingo después del Domingo de Pascua (es decir, 60 días después). EL TURISMO 10 mil visitantes esperan durante los festejos. |