14 Abril 2013
Cerca de 70 estudiantes se encuentran en peligro por el posible colapso del techo de dos aulas de una institución educativa Agencias escuelaCHICONCUAUTLA.- Ante el riesgo que corren 70 niños hablantes del náhuatl por el posible desplome del techo de dos aulas de la escuela primaria “Mariano Escobedo” de Tlaxco, en Chiconcuautla, los maestros decidieron lanzar una alerta a las autoridades municipales y estatales para que actúen de inmediato y se evite una tragedia. Aunque hace ocho años que la escuela se cae poco a poco, aseguró el profesor Bernardino Cruz Calderón, la situación se ha agravado en días reciente por la falta de mantenimiento al edificio, a pesar de que las gestiones para su reparación llevan casi el mismo tiempo. Largas grietas, varillas expuestas y corroídas, y enormes goteras, evidencian el deterioro del techo de los salones de clases causado por una enorme poza de agua estancada. Tres sanitarios inservibles y sin agua, lavabos rotos y sin llaves, un desvencijado tanque de agua y una enorme montonera de pupitres destruidos, completan el desolador panorama en esta escuela que atiende a los menores indígenas monolingües. El deterioro de la escuela, de acuerdo con el profesor, no es desconocido por las autoridades, ya que asegura que desde que empezaron a denunciar la situación varios funcionarios públicos se han presentado en el lugar, han sacado fotografías y checado las instalaciones. Pero no sólo eso, también han prometido repararla. “Cada trienio nos prometen repararla. El asunto es que la escuela se cae. Los alumnos están en peligro y las autoridades municipales y estatales, nada”, agregó Cruz Calderón. Según estimaciones de padres de los alumnos y de los docentes, los daños al edificio son tan graves que tal vez la solución será demolerla y hacer una nueva, porque “en cualquier momento se puede caer y los 70 niños están en riesgo”, indicaron. Aprovecharon para denunciar que a inicios de este ciclo escolar el presidente municipal Noé Garrido Hernández se comprometió a enviar una cocina para los desayunos calientes, pero hasta la fecha no ha entregado nada. “En noviembre nos dijeron que sí lo iba a hacer y ya casi termina el ciclo escolar”, agregó. “Hemos mandado oficios, de esto, de los sanitarios y nada. A lo mejor en la comunidad si ha dado apoyos pero a la escuela nada. En la clínica renovaron todo, pero a la escuela, nada. Los salones no dan abasto, todos estamos amontonados, la ventilación no es adecuada. “Todas las ventanas están cerradas y en esta época de calor, se siente el bochorno. Los niños en lugar de concentrarse en las clases, piensan en el calor, sudorosos”, explicaron. El profesor y los padres de los alumnos urgieron una respuesta, debido a que consideraron que estas condiciones “no favorecen la educación. Necesitamos que las autoridades lleguen a las comunidades más retiradas, acá estamos marginados y abandonados”.