| Como parte del festejo del 10 de mayo, familias enteras se dieron cita en los panteones de Texmelucan para rendir tributo a las jefas de familia Maritza HERNÁNDEZ Corresponsal San Martín Texmelucan.- Sin importar el tiempo o el lugar, el día de la madre ha sobrevivido por años y por sobre la muerte, convirtiéndose en una tradición la visita a los panteones que a temprana hora de ayer se volvieron un tapiz de flores multicolores, que adornan las tumbas del ser más querido que se adelantó en el camino. Desde las 8 horas fueron abiertas las puertas del panteón municipal, donde cientos de personas se congregaron con flores, coronas y músicos para amenizar su visita y de nueva cuenta, estrechar la relación entre madres e hijos, sin importar la distancia. Como cada 10 de mayo, cientos de familiares cumplen con la costumbre de visitar la última morada de aquel ser querido que les dio la vida para rendir los honores que se merece, aunque sea una vez al año. Elemento que no pudo faltar en este festejo, son los músicos, vendedores de flores y antojitos mexicanos, entre otros, quienes a las puertas del camposanto y desde muy temprana hora, esperaron pacientes a los visitantes, quienes ante un día tan especial no regatearon precios, aún cuando estos eran elevados. “Es su día y ya no están con nosotros, no nos piden nada y lo menos que podemos hacer es demostrarles que no las olvidamos y el amor que les profesamos aunque no esté presentes” dijo una señora que acomodaba flores en la tumba de su madre, fallecida hace cinco años. Cuatro canciones por 100 pesos y el rollo de gladiolas 250, fueron algunos de los precios que los comerciantes manejaron a los compradores, donde no pudieron dejar pasar la oportunidad de repuntar sus ventas. “A mi abuelita le gustaba mucho la música de mariachi. Le cantaron Las Mañanitas y vamos a pedir la de Amor eterno que era la que le cantábamos cada 10 de mayo”, manifestó emocionada una jovencita. Fueron muchas las manifestaciones con que los familiares recordaron a sus mamás los ramos de flores, la música y los rezos formaron parte del repertorio de festejos de ayer sin importar el intenso calor que se dejo sentir en el municipio. Durante todo el día hubo una afluencia constante de personas en el interior del panteón aunque no comparable con el día de muertos. También hubo el caso de personas que lloraban desconsoladas por la partida de su ser querido unos días antes de esta celebración, tal fue el caso de Yolanda Pérez. “Ya teníamos todo preparado para este día, primero le llevaríamos serenata a mi madre y después la llevaríamos a comer con toda la familia, hermanos que vivían en otro estado vendrían a visitarla, pero tres días antes se nos adelantó”, lamentó. Y así concluyo una celebración más con el festejo a las madres y recordando a aquellas que se adelantaron en el camino. |