| ** Campesinos del municipio deciden dejar de invertir en el campo, pues ya no les resulta rentable ante los constantes cambios climáticos Maritza SALAZAR San Matías Tlalancaleca.- Las heladas atípicas y la falta de apoyo al agro en las comunidades de este municipio, han provocado que algunas tierras que eran fértiles ahora estén abandonadas, y este fenómeno va en aumento ya que los campesinos no tienen dinero para sembrar. Refugio Pérez, productor de maíz de la comunidad de San Antonio Chautla de Arenas, señaló que cada año campesinos de su comunidad y del municipio optan por dejar de invertir en el campo, pues ya no les resulta rentable ante las constantes heladas atípicas que se han dejado caer, las cuales ocasionan grandes pérdidas económicas. “Antes no se veía tanto eso de las heladas, yo creo que es por la contaminación, ahora ya no sabemos cuándo sembrar, si lo hacemos antes luego hay sequía y si lo hacemos después los fríos queman las plantas”, dijo. Lamentó que los apoyos otorgados por parte de los gobiernos estatal y federal sean escasos o en ocasiones nulos, pues deben cumplir con ciertos requerimientos y documentación para ser beneficiados, situación que los pone en un dilema puesto que muchos de ellos no saben leer ni escribir. “Cuando son las heladas viene la gente del gobierno del estado, revisan nuestros cultivos y nos prometen que nos van a llegar apoyos, pero pasan muchos días, a veces hasta meses, para que volvamos a saber de ellos y por lo mientras nuestra temporada de siembra ya se acabó”, lamentó. Refirió que las nuevas generaciones ya no están dispuestas a invertir y trabajar el campo por lo que muchas veces los jóvenes prefieren emigrar a Estados Unidos u ocuparse en otros oficios como la construcción o la maquila que es muy común en el municipio. Recordó que antes en las comunidades se veían las tierras sembradas y la gente dedicada al campo, pero ahora los pueblos están vacíos. “Hay muchas tierras abandonadas, los jóvenes ya no quieren trabajar el campo, se dan cuenta que es muy poco dinero el que recibimos de la cosecha, por eso prefieren irse de mojados y ya nunca regresan”, dijo. Manifestó que los campesinos que aún continúan con esta labor lo hacen para tener una fuente abastecedora de alimentos, pues la venta de sus productos ha decaído ante los altos costos en la canasta básica. “Ahora ya no se siembra tanto para vender sino para tener qué llevar de comer a la casa, yo siembro calabacitas, frijolito y maíz y así va a salir para el día, y lo hago en pequeñas cantidades para que si se pierde pues sea poco” indicó. Refirió que la comunidad que antes se veía “verde y llena de vida ahora se mira como desierto con los cientos de hectáreas que han sido abandonadas”. Mencionó que cerca de 15 productores de su comunidad dejaron de sembrar por esta situación y prevé que para este año “muchos más abandonen el arado y las semillas”. |