Jueves 03 Septiembre 2015
Pese a que Ayuntamiento adquirió un dispositivo para alejar a la gran cantidad de aves, este dejó de operar pues desconocía cómo funcionaba; daño por heces dificulta que Atlixco obtenga título de Pueblo Mágico Yéssica AYALA Corresponsal palomasDebido a un escaso interés por parte del personal del Ayuntamiento respecto a la plaga de palomas y hurracas en el municipio de Atlixco, esto ha provocado que no se pueda erradicar, situación que dificulta el nombramiento de Pueblo Mágico ante los fétidos aromas que se perciben en el Zócalo, en específico durante los días de lluvia, además del daño de inmuebles por sus heces, señaló el regidor de Obras Juan Manuel Ayestarán. El regidor había propuesto un ahuyentador, aparato electrónico que tuvo un costo de más de 70 mil pesos, mismo que dejó de operar debido al desconocimiento de funcionamiento y “olvido” de las autoridades, refirió el funcionario. Lo anterior, pues durante más de un añolas autoridades han buscado diversas alternativas para erradicar este problema, por ejemplo en diciembre de 2014 el exdirector de Servicios Públicos de Calidad, Mario Pérez Méndez, mandó a colocar cebos como repelentes. Dicha sustancia orgánica fue disuelta en agua y colocada sobre el follaje de los árboles del perímetro del Zócalo, sin embargo, esta alternativa no tuvo éxito. Asimismo, entre las 17 y 18 horas personal de parques y jardines lanzaba pirotecnia con el objetivo de ahuyentarlas, sin embargo, la medida tampoco funcionó, y fue blanco de críticas en las redes sociales donde victimizaban a las palomas y hurracas. Compran ahuyentador Otra propuesta del regidor de Obras, además de médico veterinario. Juan Manuel Ayestarán fue adquirir un ahuyentador electrónico, el cual prometía expulsar a las aves de manera definitiva, ya que el dispositivo modificaría la frecuencia y así evitaría los pájaros se acostumbraran a un sonido regular. La medida establecía que dichos animales se ahuyentarían del sitio, pero el personal de Servicios Públicos no accionó dicho sistema, por lo cual el proyecto quedó relegado y se desconoce el paradero del artefacto en los edificios perimetrales del Zócalo. De acuerdo con las características del aparato, este manifestaría resultados en cinco meses, ya que al inicio las aves podrían acercarse al equipo y acostumbrarse, al paso de los días, las frecuencias les resultaría incómodas que optarían por alejarse. Ignoran autoridades uso de dispositivo Pese a que el ahuyentador electrónico cuenta con características óptimas para lograr su cometido, las autoridades no han vuelto a accionar el equipo, pues de manera previa las mismas desconocían el nivel de frecuencia para que se expulsara a las aves, por lo cual el aparato se apagó y ahora se ignora “dónde está”, refirió el mismo regidor que lo propuso en Cabildo. Además, mencionó que “el punto más indicativo y crítico” se relaciona en materia de salud pública, pues dichas aves trasmiten más de 50 enfermedades de parásitos interno y externos a través de heces fecales. Aunado a ello, las bacterias de las heces viajan a través de las corrientes de aire y el flujo de agua posterior a la lluvia. Por su parte el presidente municipal José Luis Galeazzi, al ser cuestionado sobre el ahuyentador, mencionó que el artefacto no funcionó, mismo que tuvo un costo de más de 70 mil pesos, por lo cual se buscará una alternativa de expulsar a los animales, mismos que se posan en edificios históricos y dañan sus propiedades, entre ellos la iglesia de la Merced. Hasta el momento no se ha determinado la cifra exacta de la población existente, sólo se toma como referencia la cantidad de excremento.