Martha HERNÁNDEZ Corresponsal Al sonar del tambor y la flauta, más de 500 tecuanes bailaron en el municipio de Acatlán de Osorio. Los participantes, como cada 23 de junio, se reunieron para hacer una reverencia al santo patrono san Juan Bautista, para lo cual acudieron a la casa del mayordomo, que este año fue la de Ulises Zenteno. De allí los tecuanes partieron a la iglesia de San Juan Bautista, en Acatlán de Osorio, que se encuentra en el centro de la ciudad. Durante su trayecto bailaron, danzaron y echaron porras al santo patrono, que iba en una camioneta llena de flores. Al arribar a la iglesia, se agruparon y una persona se encargó de interpretar la danza con la cual se hace referencia a las sagradas imágenes. De acuerdo con los pobladores que todos los danzantes se unieran fue algo impresionante, pues una situación así “nunca se había visto”. De acuerdo con los participantes la danza tiene más de 30 sones, cada uno representa una actividad o vivencia de la comunidad, como puede ser el sembrar, cortar caña, una epidemia de sarna, o incluso algunos están dedicados a animales importantes, como la iguana, el toro o la liebre. En la indumentaria destaca el sombrero, aunque varía según la categoría del danzante. Los del viejo Lucas y Moranchi son más grandes que los del resto y tienen copa corta; los demás alargada, con una cola que cuelga en la parte posterior. De acuerdo con historiadores, los tecuanes eran dos tribus que cuidaban cabras y reses, pero un jaguar las mató, ello perjudicó a las familias, por ello ambas se unieron para atacarlo, hasta que lo mataron. Cada danza representa cómo se unen y se van de cacería contra el feroz animal, por ello intervienen animales como el perro, además de personajes como la muerte, el diablo y el toro, así como la tradicional bruja. |