Martes 06 Marzo 2012
A raíz de la llegada del nuevo gobierno, los usuarios consideraron que hay fallas simples que no se contemplan Miguel HERNÁNDEZ MARTINA Y Jesús, son dos de cientos de adultos mayores que encontraron en la Casa del Abue un refugio para convivir con personas de su misma edad; sin embargo, señalaron que la operación del lugar cambió de la administración pasada a la actual, en algunas cosas para bien y en otras para mal, pero como muchos, opinan que no se pueden quejar porque los servicios son gratuitos. Entre las inconformidades que refieren es la comida, que a veces se les proporcionan, la cual en algunos días es bien preparada y en otras ocasiones ni sabor tiene; la escasez de agua para bañarse después de usar la piscina o de papel sanitario en los baños; y la suspensión en esta administración del programa de despensas mensuales a cambio de inscribirlos en el programa “70 y más” para recibir mil pesos bimestrales, cuya afiliación ha sido lenta. La unidad geriátrica fue fundada en el sexenio de Mario Marín Torres, instalaciones que se encuentran ubicadas en la 11 Norte 1810 y que tiene la certificación ISO 9001:2008, por la mejora de servicios y procesos en beneficio de los adultos mayores de la entidad. A raíz de la llegada del nuevo gobierno, los usuarios consideraron que hay fallas tan simples en los servicios que se pueden corregir, pero que no son vistas por los encargados de las instalaciones, a quienes –dijeron- sólo les importa mantenerlas funcionando, y no mejorar el trabajo que llevaron a cabo las autoridades pasadas. “Vengo a la Casa del Abue desde que se inauguró en 2006, aquí volví a sentirme plena al convivir con personas de mi edad; cuando llegue usaba bastón para caminar, pero con terapias que me dieron aquí dejé de usarlo, pero ahora he visto algunos cambios en la atención, esto parece más una unidad de rehabilitación u hospital que un lugar donde las autoridades nos hagan sentir queridos”, contó Marcela. Estas instalaciones ofrecen consultas médicas, psicológicas, geriátricas, enfermería, talleres, actividades recreativas, clases de baile y distintos eventos grupales. Aun cuando es un edificio público, El Popular, diario imparcial de Puebla tenía que solicitar un permiso al Sistema DIF Estatal para recorrer las instalaciones; sin embargo, no fue necesario para recoger afuera los testimonios de las personas que llegan a diario. Algunos comentaron a este medio que no se pueden quejar porque son servicios gratuitos, en tanto, otros dijeron que las autoridades deberían de cumplir con su responsabilidad social al mejorar el funcionamiento, y darles el lugar que corresponde a las personas que en su momento, contribuyeron con su trabajo al desarrollo de Puebla. Don Fabián tiene 68 años y cuatro de asistir a la Casa del Abue, lugar en que encontró un espacio para distraerse al morir su esposa, quien pese a tener seis hijos y ocho nietos, todos tienen sus ocupaciones y poco lo visitan, situación por la que acudió aquí para hacer ejercicio y hacer amigos, incluso hasta encontró una nueva pareja, se trata de doña Eduviges, a quien su esposo falleció hace más de siete años y que igual llegó a ese espacio para hacer amigos. La relación lleva tres años, pero que con el cambio de administración esperaban una mejora de los servicios, los cuales siguen igual como cuando Marín Torres la abrió. Coincidieron en señalar que esperaban más trato humano de quienes encabezan la Casa del Abue, lo cual hace falta para los adultos mayores que están alejados de sus familias o están solos. De acuerdo a la información del Sistema DIF, se tienen 83 Estancias de Día en la entidad y en el primer año de funciones de la nueva administración se implementó el Programa de Proyectos Productivos para capacitación gratuita en reparación de electrodomésticos, carpintería, compostura de ropa, cultora de belleza, panadería, elaboración de dulces típicos, gelatina artística y productos de limpieza. En este sentido, los usuarios entrevistados comentaron que se han ofrecido más opciones para hacerlos participativos; sin embargo, la relación entre ellos y el personal es limitada, ya que no desean más contacto, pues necesitan ser escuchados y no sólo el recibir apoyos. Con respecto a los apoyos, Diana, quien tiene 69 años, dijo que pese a iniciar en 2011 la inscripción para recibir una pensión bimestral como parte del programa 70 y Más, apenas fue notificada que puede recibir la ayuda, aun cuando desde el inicio de funciones de la presente administración la buscó, ya que no tiene una pensión fija, pues sólo recibe dinero de sus hijos que le dan 400 mensuales para que se compre lo necesario y que al quitarse en esta administración las despensas mensuales, resultó afectada, ya que la justificación fue que mejor se les daría una ayuda económica, la cual hasta apenas le avisaron que recibirá tras entregar sus papeles. En esa situación están Laura, Demetrio y Roberto, a quienes para mayo se les comenzará a otorgar el beneficio, luego de un año que se anunció que los abuelitos que no tuvieran una pensión serían acreedores al apoyo. A través de una tarjeta, dijeron, es como les darán la ayuda de mil pesos bimestrales. Comentaron que este dinero deberán estirarlo al máximo, ya que de ahí algunos esperan pagar luz, agua, teléfono y comprar despensa. De acuerdo a datos del Inegi, en Puebla residen 514 mil adultos mayores, lo que representa 8.9% de la población total. De cada 100 hogares, 28 están integrados por al menos una persona de 60 y más años, 85.8% de estos hogares son familiares. De las personas de 60 y más años 14% viven solas. Aproximadamente, cuatro de cada 10 adultos mayores no son derechohabientes a servicios de salud; de cada 100 adultos mayores, 26 tienen alguna discapacidad; del total de personas de 65 y más años, 27.5% presenta carencia por acceso a la alimentación.