Los asistentes resistieron la lluvia y lo apoyaron en sus propuestas Pilar Bravo  EN LA Plaza de la Concordia, considerada la más grande de los municipios, se pinto de soles negros para recibir a Andrés Manuel López Obrador que se emocionó al ver a la multitud ondeando sus banderas amarillas o sus gorras rojas del Partido del Trabajo. En la plaza se encontraron públicamente dos personajes cobijados en el pasado por el PRI, ahora iluminados por el mismo sol, Andrés Manuel López Obrador y Manuel Bartlett. En realidad, lo que ondeaba era la esperanza de esas miles de personas que le creen al “Peje”, porque es como ellos, habla sencillo y se le entiende. En el cielo, a pesar de las nubes y la lluvia, un dirigible con la leyenda del PRD y de AMLO, causó la sanción de los asistentes. Andrés Manuel comenzó a hablar a las 19 horas y terminó cerca de las 20, sólo porque la lluvia lo calló y aunque la gente aguantó la primera llovizna, Tlaloc aumentó la fuerza pero la multitud todavía resistió cantar el himno nacional bajo la lluvia. Andrés Manuel, habló de sus propuestas y hasta de sus contrincantes de los que dijo las televisoras, quieren hacer un Presidente de telenovela, luego habló del cambio verdadero que necesita el país, un crecimiento de al menos 6 por ciento para que pueda generar empleo y dar oportunidad a millones de jóvenes. “Ya no aguanta México más pobres, el esquema neoliberal está agotado, lo grave es que en los últimos 29 años le han quitado a los mexicanos la paz, con la inseguridad y la violencia que impera en todo el país”. Señaló que sólo a unos cuantos les ha ido bien, pero a la mayoría les ha ido mal y por eso urge ese cambio en la política económica, porque es injusto que pocos tengan todo y la mayoría tengan casi nada. Y ante el asombro de muchos, López Obrador inventó un nuevo pecado, al referirse a la pobreza de millones dijo ese es pecado social, y por eso no se debe permitir que siga esa monstruosa desigualdad. “Urge un cambio dijo en la forma de hacer política, la gente está harta de los políticos prepotentes, fantoches, mediocres y ladrones que solo le han hecho daño al país”, aseguró. Por eso, ofreció que de ser presidente no a va a tolerar actos autoritarios, todo será con la razón y nada por la fuerza, se tiene que respetar la libertad de la gente, a nadie conviene que siga el régimen de corrupción de injusticia y de privilegios, sino hay justicia no se va a frenar la frustración ni frenar los estallidos de odio de resentimiento. |
EN LA Plaza de la Concordia, considerada la más grande de los municipios, se pinto de soles negros para recibir a Andrés Manuel López Obrador que se emocionó al ver a la multitud ondeando sus banderas amarillas o sus gorras rojas del Partido del Trabajo. En la plaza se encontraron públicamente dos personajes cobijados en el pasado por el PRI, ahora iluminados por el mismo sol, Andrés Manuel López Obrador y Manuel Bartlett. En realidad, lo que ondeaba era la esperanza de esas miles de personas que le creen al “Peje”, porque es como ellos, habla sencillo y se le entiende. En el cielo, a pesar de las nubes y la lluvia, un dirigible con la leyenda del PRD y de AMLO, causó la sanción de los asistentes. Andrés Manuel comenzó a hablar a las 19 horas y terminó cerca de las 20, sólo porque la lluvia lo calló y aunque la gente aguantó la primera llovizna, Tlaloc aumentó la fuerza pero la multitud todavía resistió cantar el himno nacional bajo la lluvia. Andrés Manuel, habló de sus propuestas y hasta de sus contrincantes de los que dijo las televisoras, quieren hacer un Presidente de telenovela, luego habló del cambio verdadero que necesita el país, un crecimiento de al menos 6 por ciento para que pueda generar empleo y dar oportunidad a millones de jóvenes. “Ya no aguanta México más pobres, el esquema neoliberal está agotado, lo grave es que en los últimos 29 años le han quitado a los mexicanos la paz, con la inseguridad y la violencia que impera en todo el país”. Señaló que sólo a unos cuantos les ha ido bien, pero a la mayoría les ha ido mal y por eso urge ese cambio en la política económica, porque es injusto que pocos tengan todo y la mayoría tengan casi nada. Y ante el asombro de muchos, López Obrador inventó un nuevo pecado, al referirse a la pobreza de millones dijo ese es pecado social, y por eso no se debe permitir que siga esa monstruosa desigualdad. “Urge un cambio dijo en la forma de hacer política, la gente está harta de los políticos prepotentes, fantoches, mediocres y ladrones que solo le han hecho daño al país”, aseguró. Por eso, ofreció que de ser presidente no a va a tolerar actos autoritarios, todo será con la razón y nada por la fuerza, se tiene que respetar la libertad de la gente, a nadie conviene que siga el régimen de corrupción de injusticia y de privilegios, sino hay justicia no se va a frenar la frustración ni frenar los estallidos de odio de resentimiento.