**La capacitación que ofrece el gobierno del estado no sirve porque quienes la imparten no son especialistas en la materia, acusan Karen MEZA Maestros disidentes del estado de Puebla rechazan la Evaluación Universal que propone el gobierno federal para examinar el desempeño de docentes y directivos de escuelas públicas y privadas, porque aseguran que el presupuesto es insuficiente y en el sistema educativo aún hay muchas carencias que no permiten tener un diagnóstico real de sus resultados profesionales. La falta de alimentación entre alumnos, problemas familiares, falta de espacios y sobresaturación en las aulas son, entre otros, los factores externos que llevan a los menores a no contestar correctamente los exámenes, elementos que las autoridades educativas no toman en cuenta para la evaluación del trabajo de los docentes. Los problemas anteriores, expuso la profesora Soledad Castillo, son agentes que afectan el aprovechamiento escolar de los alumnos y, en consecuencia, la calificación en la evaluación profesional de los docentes. Aseguró que los cursos de capacitación que ofrece el gobierno del estado no sirven porque quienes los imparten no son especialistas en la materia, además no resuelven sus dudas. “Los niños llegan con problemas de conducta, atendemos grupos de 40 y 50 niños, no llegan alimentados ni siquiera llevan comida en el recreo, parecemos más sus padres porque ellos los dejan a nuestro cargo y nosotros tenemos que ver por ellos. Nos piden que los niños aprendan y tengan educación de calidad, pero el gobierno no da trabajo externo con los alumnos, atendiendo los problemas desde la familia”, señaló. En este sentido, agregó que las autoridades deben modernizar las instalaciones educativas, porque los menores no cuentan con áreas de alcance tecnológico, ni talleres que los motiven a la investigación, “los años del pizarrón y gis se terminaron” y aunque las autoridades han intentado renovar las aulas la falta mantenimiento retrasa a los alumnos. “Yo trabajo con niños con discapacidad intelectual, no nos designan talleres especiales para que estos menores aprendan de manera práctica, no deben de evaluar cuando el propio gobierno no da facilidades, infraestructura, material para los alumnos. A nosotros los maestros no nos dan capacitación adecuada”, acusó la maestra especializada en la atención de niños con discapacidad. Por su parte, la profesora Candelaria Hernández dijo que la inversión que destinan los gobiernos estatal y federal es insuficiente, lo que aunado al desvío de recursos, entre otras irregularidades, provoca que no se atiendan las prioridades. Puso como ejemplo que hace algunos meses en la delegación 34 se contrató a docentes para impartir la materia de inglés, pero no hubo dinero para pagarles y se fueron. En tanto, el profesor Gerardo Maldonado, líder del grupo disidente del magisterio, exigió que el gobierno aplique una evaluación real, no para utilizar este tipo de pruebas como “un garrote” en contra de los trabajadores de la educación, porque en los hechos ese es el trasfondo con la evaluación universal. La Evaluación Universal a maestros se llevará a cabo en dos etapas, la primera aplicable a profesores de carrera magisterial y una segunda que comprenderá al resto que no la tiene. En una primera fase se aplicará el examen a 570 mil docentes y en una segunda a 268 mil de nivel primaria. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública son 220 mil las escuelas de educación básica que hay en el país. La dependencia pide a los profesores se quiten los temores de si habrá o no alteraciones en sus derechos laborales, o si el examen será o no represivo. Evaluación Universal, según la SEP, simplemente es diagnóstico-formativa, es decir, a través de ella se podrá apoyar más al maestro en su capacitación. El dirigente afirmó que el gobierno del estado no resuelve los problemas de la educación y conduce este sistema por intereses personales. Admitió que actualmente el panorama educativo no es alentador, pues muchos jóvenes normalistas se encuentran sin empleo por las evaluaciones para obtener una plaza. Ayer, como cada año, cientos de profesores marcharon del Paseo Bravo al zócalo de la ciudad para protestar en contra de las políticas educativas erróneas del gobierno federal. En el marco del Día del Maestro realizaron una serie de actividades culturales. Los maestros disidentes marcharon junto con comerciantes ambulantes de las agrupaciones 28 de octubre, Centro Cívico Poblano y Doroteo Arango, quienes anticiparon que hoy regresaran a ocupar sus espacios en la zona de Los Fuertes. |