Lunes 25 Junio 2012
Habitantes de los inmuebles aseguran no temer derrumbe de edificaciones, a pesar de las advertencias de Protección Civil En el barrio de San José, Analco, las calles 9 y 11 Sur, así como sus alrededores, 6 Poniente y La Victoria y hacia el Teatro Principal, se pueden ver casonas con daños y afectaciones en su estructura; a pesar de ellos, los inquilinos y comerciantes se niegan a salir de ahí. “Son nuestras casas”, señalaron algunos de los habitantes. En parte, se niegan a salir, como les ha dicho reiteradamente Protección Civil, porque no saben a dónde irían, además del costo que les implicaría la renta de algún lugar. Por ejemplo, en el edificio ubicado en 11 Poniente 318, viven dos familias en la parte derecha, quienes construyen sobre los viejos cimientos; las habitaciones están desocupadas, pero se pueden ver daños en paredes y techo; uno de los habitantes, quien negó dar su nombre, explicó que las autoridades no les dicen nada y que ellos, no tienen miedo de que se caiga. Por la misma zona, existe un inmueble deshabitado con un letrero que anuncia su renta, pero también presenta afectaciones en paredes y puertas; enfrente, una más, en estado similar y deshabitada; sobre 5 Sur, hay una casa con las vigas del techo completamente vencidas y en mal estado. Cerca de la calle 5 de Mayo, hacia oriente y poniente, otras casonas, también afectadas; algunas semihabitadas, en otras sólo utilizan la planta baja, para comercio; trabajadores de varios de estos negocios, como el de 8 Oriente 311, aseguran no correr peligro porque el resto del inmueble son sólo bodegas. Hacia la 11 Sur, sobre 12 Poniente; existen tres edificios en mal estado, en una sola calle; una también tiene su letrero de “Se renta”; el panorama se repite en muchas calles del centro histórico: 6 Poniente, 10 Oriente, 7 Oriente, 9 Sur, entre 5 Poniente y Reforma, la 18, 20 y 22 Norte, así como una explaza, ubicada en 11 Sur y 3 Poniente. Estos inmuebles no tienen letrero que avise a los transeúntes su mal estado; quienes transitan por ahí diariamente, aseguraron no temer la caída de los edificios; sus habitantes, aseguraron preferir estar ahí, a pesar de batallar con la humedad y goteras, en esta temporada de lluvias, por ser el único lugar que tienen para vivir.