**Ante la indiferencia de las autoridades, niños en edad escolar encuentran apoyo a través del programa Cumpliendo Mi Sueño Karen MEZA LA POBREZA que prevalece en diversas colonias del municipio de Puebla impide a los menores seguir con sus estudios, la falta de oportunidades y carencias económicas los privan de material escolar. Ante la indiferencia de las autoridades, Miguel Edgar Ayón Villegas crea el programa social Cumpliendo Mi Sueño. A partir de cartas que decían: “Mi sueño es entrar a la escuela con zapatos, un nuevo uniforme, libretas para la escuela, una mochila rosa”, 73 menores fueron beneficiados con diversos productos, a través de esta iniciativa. Miguel Edgar Ayón Villegas, médico general, señaló que su labor comenzó en 1995 -año en el que hizo su servicio social en la junta auxiliar de San Andrés Azumiatla- y notó que la comunidad tenía muchas carencias. Explicó que el pasado 31 de abril, Día del Niño, realizó un festejo en aquella población y, en ese momento, los menores enviaron algunas cartas de peticiones, que en número ascendieron a más de 70. La iniciativa “Yo no podía atender todo, era un poco complicado; entonces, invitamos a la ciudadanía a que fuera participe de este acto; se cumplió con la meta”, asentó. Las 73 cartas de los pequeños llegaron de la junta auxiliar de San Andrés Azumiatla y de la comunidad de Rosario la Huerta, provenientes de niños de 4 años a 12, de escolaridad primaria y secundaria, quienes recibieron, por medio de un padrino, zapatos, útiles, uniformes, juguetes y una bicicleta. La dinámica, fue la siguiente: en la página por internet cumpliendosuenos.emx.tl y http://www.facebook.com/cumpliendo.suenos.58 se publicó el registro de los menores y sus necesidades; quien quisiera apadrinarlos de manera personal, entregarían el listado de peticiones del menor. El también director del Mercado de Sabores, Ayón Villegas, detalló que la colecta nunca fue económica, esto con la intención de evitar desvió de recursos. “Para que vean que este no es un juego sucio”, dijo. “No podía regresarle a los menores su carta o cumplirles con poco; lo hice público, para que contribuyeran con su granito, todos lo hacemos”, expresó, al admitir que el gobierno ha dejado abandonado algunas poblaciones que se encuentran tan solo a 30 minutos de la capital de la ciudad. Puso como ejemplos las comunidades Rosario de la Huerta, San José Xaxamayo y San José El aguacate, donde las calles no tienen caminos pavimentados, sino veredas. Los habitantes, para comprar medicinas y otros productos, tienen que asistir a la capital, en un viaje de más de una hora. “No entiendo por qué a esas comunidades los apoyos no llegan”, se limitó a contestar, cuando se le cuestionó de los trabajos que hacen en esas comunidades las autoridades. |