Carlos ROCHA / Enviado
** El artefacto “cumbre” de la comunidad científica de México se encuentra resguardado por una atmósfera de abandono, silencio y dudas, como un elefante blanco cercado por el INAOE EL PROYECTO de que Puebla contara con el telescopio más grande e innovador del mundo lleva más de una década y más dos sexenios presidenciales sin resultados. A 16 años del inicio de la construcción del Gran Telescopio Milimétrico (GTM), todavía puede apreciarse material de construcción disperso por toda la cima de la Sierra Negra, evidencia de que los trabajos de edificación, valorados en un mínimo 128 millones de dólares, están inconclusos. En los alrededores del GTM, ubicado a cuatro mil 581 metros sobre el nivel del mar, se observa que la obra no está terminada y que se encuentra muy lejos de poder albergar a científicos nacionales y extranjeros como se afirmó en las diversas visitas de los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón. Para conseguir llegar a la entrada del Gran Telescopio, resguardada por un gran candado, se tiene que arribar a la Sierra Negra del Parque Nacional del Pico de Orizaba. A partir de ahí, cualquier persona que quiera visitarlo tendrá que recorrer seis kilómetros a pie a través de un árido y arenoso camino. No hay otra opción puesto que se impide el paso a vehículos. Rumbo al telescopio El trayecto dura aproximadamente tres horas caminando. Los efectos climatológicos, principalmente el viento gélido propio de la Sierra Negra que aumenta a cada paso, dificultan el recorrido. La textura y el color de la tierra también cambian de forma progresiva hasta llegar a la cima volcánica. La cumbre del monte donde se asienta el telescopio se encuentra cercada por una malla electrificada y dos hileras de alambre con púas. No está operativa a pesar de que un cartel advierte de su peligro. Deja entrever que es muy probable que no exista corriente eléctrica en la instalación. Las cámaras de seguridad, de dudoso funcionamiento, observan cada uno de los puntos de la meseta que aspira a ser telescópica. El óxido abunda por todas partes. La seguridad en torno a la construcción es la propia de un penal, sólo que en este caso en vez de reos se resguarda material de construcción y un equipo mínimo de oficina que se alcanza a ver desde el exterior. Una caseta de vigilancia se mantiene en la entrada, vacía y sin muebles ni equipo básico de guardia. A un costado se lee el mensaje: “Gran Telescopio Milimétrico” y su respectiva traducción en inglés “Large Milimeter Telescope”. No hay que olvidar que en una de sus presentaciones públicas se aseguró al pueblo que incluso especialistas de la Universidad de Massachusetts participarían en los procesos de investigación. “Elefante blanco” Algunos metros debajo se encuentran algunas construcciones propias de una casa abandonada. Aparecen desocupadas, deshabitadas y con restos de comida y cobijas desgastadas. El resto es material de construcción inutilizado. Tinacos, mangueras, fierros, alambres, trozos de madera o estructuras metálicas huecas aparecen tirados y vacíos. Desde la cumbre de “La Negra” se divisan los poblados cuyos habitantes desconocen qué sucede arriba. En una nota publicada por la agencia EFE el 31 de marzo del 2010 se detalló que la idea de construir el radiotelescopio surgió hace más de 18 años, pero debido a la escasez de especialistas y recursos y las complicaciones provocadas por las condiciones geográficas y climáticas propias de la zona dificultaron concretar este anhelo de la comunidad científica mexicana. Los años pasaron y en la actualidad se encuentra muy lejos del impacto local y regional que se previó dar además de la generación de empleos. El único trabajador que encontrará cualquier persona que decida recorrer seis kilómetros es el de un vigilante cuya única función es negar el paso a los vehículos que pretendan visitar la decepcionante construcción. Inconcluso El Gran Telescopio Milimétrico se inauguró inconcluso por el entonces presidente Vicente Fox el 22 de noviembre de 2006. Seis años después, el 21 de septiembre de este 2012, Felipe Calderón encabezó una visita de supervisión. Sin embargo, a pesar de las distinguidas inspecciones, el lugar no tiene aspecto alguno de observatorio, laboratorio o lugar de estudio. Personal y directivos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), el organismo público al mando de la obra, se trataron de defender con el argumento de que el sitio se encuentra en revisión. Durante un recorrido por la cima de la montaña no se observó movimiento alguno de ser humano. La maya sin electricidad rematada con dos tipos de alambre de púas evidencia que el Gran telescopio a día de hoy es obra negra. |