** En promedio, 500 pesos gastará como mínimo una familia a la exposición de este año Alexsey LÓPEZ DE ACUERDO al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la capital del estado en promedio las familias se integran de cuatro integrantes. En este marco, acudir a la Feria de Puebla 2013 se convertirá en todo un lujo para los padres de familia que desembolsen el costo de entrada a esta exposición anual. Por el acceso se pagarán 40 pesos, para poder ocupar un lugar de estacionamiento. Además, la entrada para una familia de cuatro integrantes sumará 40 pesos más al gasto familiar. De igual forma en el área de juegos mecánicos, que recibe a los visitantes, la diversión tendrá un costo de 25 pesos por personas. Una familia con dos hijos, con el disfrute un juego desembolsará otros 50 pesos. Al entrar a la Feria de Puebla, el recorrido por el lugar costará al menos otros cien pesos a la familia, entre golosinas, antojos, juguetes y artículos para el hogar. Tras una larga caminata, el hambre hará estragos en la economía. Al exterior de la exposición encontrarán comedores que ofrecen comida diversa a distintos precios. Con refresco incluido, la comida o cena en uno de estos espacios ascenderá a 160 o 200 pesos, es decir, un gasto en alimento de entre 40 y 50 pesos por persona. Para disfrutar alguno de los eventos culturales o musicales, los adultos podrán destinar 90 pesos por litro de cerveza. A pesar de que la feria ofrece productos de piel, ropa y calzado y diversos artículos personales, sin consumir estos, una familia promedio habrá gastado más de 500 pesos. Otros distractores que tampoco podrán ser cotizados por una familia promedio es el servicio de bar, donde se sirven bebidas alcohólicas, ya sea cerveza o botellas de licor, mismas que alcanzan el doble de su precio original. La entrada al palenque tendrá costos más elevados, según las localidades. Asistir a un concierto de Gloria Trevi, Alejandro Fernández, Espinoza Paz o a los Tigres del Norte no será fácil para una familia. De igual forma, apostar en el casino o jugar a los gallos, se convierten en distractores exclusivos por sus costos elevados. |