Carlos ROCHA/ Enviado ZAPOTITLÁN DE Méndez.- Jaime Martínez Veloz despertó la mañana de ayer sin esperar que un grupo de por lo menos 2 mil serranos aguardaran hasta dos horas en la plaza central del municipio para depositar sus esperanzas en él, en su figura y en su posición dentro del gobierno federal. Desde temprano, habitantes de este municipio, en su mayoría indígenas, se apresuraron a barrer las calles, levantar la basura y colocar todo tipo de letreros en lonas, mantas y hacer cartulinas para solicitarle al enviado del presidente Peña Nieto que vele por las tierras en donde alguna vez radicaron totonacas. El comisionado de la Secretaría de Gobernación llegó un par de horas tarde a la cita que estaba programada a las 11 con los grupos indígenas, no sólo de Puebla sino de otros estados como Veracruz y San Luis Potosí, que se habían sumado a la defensa de la tierra en contra de los proyectos de explotación del suelo como las minas y las hidroeléctricas. Cuando el reloj estaba por marcar las 13 horas, Martínez Veloz no hizo honor a su apellido y arribó a una plazuela repleta de indígenas que con sombrero, ropa de manta, huaraches o botas de campo repetían en diferentes tonos “si no defendemos nuestra sierra, nos va a cargar la chingada a todos”. El reclamo En Zapotitlán cuyo significado en náhuatl refiere “entre los zapotes”, el funcionario federal se asombró al ver el ánimo con el que la gente reclamaba sus tierras. A los serranos poblanos y veracruzanos no les importó soportar a ratos la lluvia, el sol, o transportarse desde varios kilómetros de distancia para cerrar filas en torno a una sola idea, “la tierra no se vende, la tierra se defiende”.