Sábado 27 Julio 2013
** Un pequeño retorna con su familia, después de perderse en una manifestación antorchista y especularse abandono David GÓMEZ EL JUEVES los miembros de Antorcha Campesina cumplieron cuatro días de marchas y manifestaciones en contra del ayuntamiento de Puebla. Como cada día, llegaron a las afueras del Palacio Municipal alrededor de las 11 horas, se instalaron los puestos de tacos y antojitos, mientras las consignas eran repetidas una y otra vez. Como si fuera una jornada laboral, el plantón se levantó a las 17:30 horas. Uno a uno, los habitantes de las colonias del sur de la ciudad que participan en las protestas abandonaron el Zócalo. Todos menos uno. Cuando se disipó la manifestación, Rafa, un niño de 3 años, vio que sus padres se habían ido, dejándolo en el corazón de la ciudad sin saber qué hacer. El pequeño, al darse cuenta de lo sucedido, lloró desconsolado, hasta que una mujer que pasaba lo vio y se apiadó de él. En vano la mujer intentó tranquilizar al pequeño, y por las prisas de compromisos previos se acercó a la puerta principal del Palacio Municipal y pidió a los policías que resguardan la sede del gobierno municipal que cuidaran al niño. Los uniformados, confundidos, dejaron entrar al pequeño al patio del ayuntamiento, con la esperanza de que sus padres regresaran pronto con él. Los minutos pasaron y nadie reclamaba al pequeño, quien lloraba temeroso. Los trabajadores del área de Prensa de la comuna se acercaron al pequeño, quien sólo sabía que el nombre de su mamá era Güicha, y su papá “Rafael Vélez”. “Vivo en una casa grande, cerca hay una farmacia”, fue la única referencia que el niño a sus 3 años pudo dar. Las horas pasaron y Rafa seguía en espera de que llegaran sus padres. Para calmarlo, los empleados del ayuntamiento le prestaron pelotas y juguetes que tenían en sus oficinas, mientras en redes sociales la Dirección de Protección Civil emitió la alerta ámbar para avisar a los padres del niño. Dieron 21 horas sin que nadie reclamara a Rafa, por lo que se llamó a un representante del área jurídica del Sistema Municipal DIF para llevar al pequeño al Ministerio Público para presentar una denuncia por abandono. Mientras se definía qué sucedería con el niño entró Rafael Vélez Cortés, padre del pequeño, al Palacio Municipal. Eran las 21:30 horas. El señor se identificó ante los policías de la entrada, y al acceder al recinto el niño lo recibió con una sonrisa al saber que la aventura del día había terminado. Sin más, el padre se llevó a su hijo a su casa en la colonia Cristina Rosas, para regresar al día siguiente a seguir con las protestas convocadas para exigir la atención de las autoridades municipales.