06 Mayo 2012
 *La mujer se dedicaba a atender partos en Tlaltepango  Víctor HERNÁNDEZ A machetazos y como parte de un supuesto rito, una mujer que se dedicaba a atender partos en la población de Tlaltepango, perteneciente al municipio de Tlaola, fue asesinada al interior del domicilio en el que vivía acompañada de su hijo y nuera. En un principio se sospechaba que el móvil del crimen fue por el robo, o incluso la actividad que desempeñaba en la comunidad, por lo que no se descartaba una posible venganza o ajuste de cuentas, sin embargo, durante el levantamiento de cadáver se encontraron algunos indicios que aún no tienen explicación. Los hechos se registraron en la calle Atala sin número, en la colonia Trinidad, la tarde-noche del viernes, cuando arribó al inmueble Aurora Moreno González y encontró a su suegra sin vida, en medio de un gran charco de sangre y con heridas en el cuello y tórax. La hoy occisa fue identificada como Catalina Aldana Galindo, tenía 62 años de edad, y llevaba algunos meses que vivía con la responsable del hallazgo y con su esposo, en este caso su hijo, Armando Carlos Aldana. Ambos aseguraron al rendir su declaración ante el agente del Ministerio Público de Huauchinango, que la mujer no tenía problemas ni enemigos, que todos la conocían porque se dedicaba a atender partos, pero nada más. Una vez que el cuerpo fue trasladado al anfiteatro regional, se llevó a cabo la necropsia y se determinó que Catalina murió a consecuencia de heridas cortocontundentes que uno o varios sujetos desconocidos le infirieron en el cuello y en el pecho, las cuales provocaron que se desangrara. De acuerdo con información asentada en la averiguación previa 403/2012/Huauchinango, interpuesta por el delito de homicidio doloso, en la escena del crimen se encontraron tres veladores envueltas en papel negro. Dichas veladoras estaban colocadas a la altura de la cabeza y hombros de la víctima al momento del levantamiento de cadáver, pero cuando se le preguntó a Aurora Moreno si ella y su esposo las habían colocado, la declarante refirió que cuando llegó a su domicilio, ya estaban. Las veladoras fueron embaladas por personal de Servicios Periciales con la finalidad de buscar huellas digitales del o de los probables responsables, pero hasta el momento se ignora por qué negras y colocadas alrededor del cuerpo en esa forma.