| **En la cárcel, celebra esta fecha sin la compañía de su familia José Manuel CUATE “ES INJUSTO pagar por un delito que jamás cometí, ¡soy inocente!”. Estas fueron las palabras, en tono molesto, de Juan Carlos Jiménez Guerra, expolicía municipal de San Rafael Lara Grajales, quien permanece encarcelado para cumplir una sentencia de 44 años de prisión; fue acusado por el supuesto delito de trata de personas. Cuando miles de familias celebran el Día del Padre, para Jiménez Guerra no es así, pues está lejos de su hijo…está tras las rejas. Jiménez Guerra, quien aun mantiene la esperanza de la PGJ y autoridades competentes para salir libre y detener a los verdaderos culpables, recuerda aquel día cuando se presentó a trabajar y le dijeron que “merecía unas vacaciones” hasta nuevo aviso. Esto sería el inicio de una terrible pesadilla. En entrevista exclusiva para El Popular, diario imparcial de Puebla, narró lo que ocurrió aquel día como si fuera hoy. “Aquí cumplí mis 30 años, y vivir lejos de mi familia es lo peor que pudo haberme pasado, tengo un niño de cuatro años que va al kínder y llevó seis años de casado; casi la mitad de mi vida con mi esposa, la he vivido en la cárcel. “Me culpan de un delito que nunca cometí, por salvar a otros, ahora debo pasar el resto de mis días encerrado, o si sobrevivo, saldré como a los 80 años. “Me acusan, junto con otros dos compañeros de nombre Higinio Bravo Daza y Ramón Calvo López, también extrabajadores de la policía municipal, de que pertenecemos a una banda del crimen organizado que privó de la libertad a un grupo de inmigrantes centroamericanos en octubre de 2008. “Las autoridades del entonces gobernador Mario Marín Torres, junto con el procurador de Justicia, Rodolfo Igor Archundia Sierra, así como los medios de comunicación, nunca vieron o hicieron caso de nuestra versión, puesto que las autoridades sabían a la perfección quienes estaban involucrados; buscaron a toda costa culpar a alguien, fuimos nosotros. El relato A las 12:33 horas del 12 de octubre de 2008, el inculpado se hallaba a bordo de la patrulla 001 con sus compañeros, cuando recibieron una llamada anónima en la que se reportaba que afuera del bar Las Campana, en Lara Grajales, había un grupo de indocumentados, al parecer secuestrados. Los policías acudieron al sitio y se encontraron con un grupo de alrededor de 20 personas; tres de ellos escaparon y solicitaron auxilio a los pobladores de la localidad, quienes salieron de una capilla, quienes creyeron que los policías eran los que estaban cometiendo el delito de secuestro. “Como pudimos corrimos a la comandancia de dicho municipio para que el entonces presidente de extracción panista, Abundio Torres Altamirano, apoyara a sus trabajadores, que somos nosotros, pero se escondió, y ni dio la cara” refiere Jiménez Guerra. “Por desgracia los mismos extranjeros se rebelaron contra nosotros, creyeron que fuimos sus plagiarios, quienes según ellos, exigíamos a sus familiares el depósito de cantidades de mil a 3 mil 500 dólares bajo la falsa creencia de que serían trasladados a otro país, lo que desde luego los depositantes ignoraban” comenta el acusado. “Finalmente y sin temor te puedo decir que los verdaderos culpables están prófugos, ¿te digo quien?, nuestro entonces primer comandante Fermín Trinidad Frogoso, la exregidora Alejandra Huerta, ella al parecer tenia coraje o algo así de que ganara el presidente de extracción Panista, Abundio Torres, este a su vez, pidió que renunciáramos porque estábamos acusados de pertenecer a una banda delictiva; el 6 de enero nos citó a la comandancia, ahí mismo quedamos detenidos, nos trasladaron al CERESO y hasta ahorita sigo aquí”. |