Formalizando las redes de trata en Puebla

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En la Puebla de la doble moralina nos cuesta mirar con crudo análisis problemas como el de la prostitución.

Caminar por el centro histórico de la ciudad es mirar a plena luz del día, la durísima realidad de un comercio sexual que tiene dobleces por lo que conviene detenernos, para jalar los hilos que conducen a la delincuencia organizada.

Es verdad que la prostitución en Puebla se desbordó en el trienio anterior, donde Claudia Rivera Vivanco no supo y no quiso entrarle a un conflicto tan espinoso, donde siempre se sale raspado.

Ahora con una autoridad salvadora de “las buenas conciencias” nos encontramos con la posible propuesta de traer del pasado a la Puebla de los 80´s, para habilitar casonas como sedes de prostíbulos.

Sólo que hay una enorme diferencia. En aquellos años es verdad que la prostitución de alguna manera simulaba un control al tener a mujeres confinadas en casas sin tener que ejercer su oficio en las calles, pero en aquellos tiempos, lo más riesgoso era la violencia de lenones con estas mujeres.

A los señores machistas del Ayuntamiento de Puebla hay que pedirles dejar la cruz y el rosario para mirar con apertura el problema de la prostitución en el siglo XXI.

Muchas de las mujeres que vemos trabajando en las calles del centro de la ciudad, responden a todo un entramado donde la trata de personas ha sentado sus reales de forma descarada e infame.

Meter a todas estas mujeres en casonas significará un verdadero paraíso no sólo para lenones, sino para los llamados “brókers” de las redes de trata, quienes están en el corazón de Puebla camuflados como ambulantes o narcomenudistas.

Ahí, en las mismas calles donde diariamente camina el Presidente Municipal, Eduardo Rivera, hay decenas de mujeres y menores de edad, trabajando y algunas más, siendo forzadas a hacerlo por sufrir amenazas o provenir de comunidades indígenas de otras regiones del país, donde fueron raptadas.

A las cosas hay que exponerlas por su nombre y con la dureza que ello implica

Todo lo anterior no es nuevo, pues autoridades policiacas tienen conocimiento de las redes de tráfico de mujeres que operan en el corazón poblano y donde difícilmente se puede dar como solución confinar a las sexoservidoras en casas u hoteles.

La santificada sociedad poblana está cada vez más reblandecida con la realidad de la prostitución, donde el narcomenudeo, la venta de servicios sexuales y el tráfico de personas, son dinamita pura para representar grandes ingresos de quienes provenientes de Tenancingo o de entidades como Guerrero y Veracruz, encuentran en Puebla la zona de “tolerancia” perfecta para traficar con niñas y jóvenes que son buscadas en diferentes zonas del país.

Exigimos a las autoridades municipales, quitarse los trajes de acólitos e informarnos a la sociedad sobre sus “propuestas”, para enfrentar un conflicto que hoy tiene muchas aristas del riesgo que representa para una mujer ejercer el sexo servicio.

En un reportaje recientemente publicado por el diario El País titulado “Los Meléndez”, se relata la red de tráfico operada por una familia originaria de Tenancingo, que repite la historia de engañar a decenas de jóvenes con la promesa del sueño americano, para terminar, explotándolas en Nueva York.

Detrás de la prostitución en Puebla hay muchos hilos que siguen involucrando no sólo traficantes, sino también funcionarios y mandos policiacos, quienes eligieron ignorar la magnitud de lo que hoy representan las redes de trata en la Puebla de los ángeles y demonios andantes.

 

@rubysoriano               @alquimiapoder

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