Regodeo y vulgaridad

  • URL copiada al portapapeles

Camilo Estrada Luviano


Octubre 10, 2018

Todavía no es el primer día de diciembre de 2018, día en que el presidente electo rendirá protesta y empezará el periodo de la "cuarta transformación", y ya se ven muchos actos, comidilla del día, como si esos actos fueran a marcar el rumbo del país que iniciará un nuevo gobierno que, a su vez, empezará a "limpiar la casa" echando fuera al así llamado neoliberalismo de su cotidianidad.

Al seguir la comidilla del día, fácilmente se cae en el regodeo y la vulgaridad y esto sirve de muy buen pretexto para justificar el recelo que se dice tener a esta "cuarta transformación". El tener recelo hacia ella indica por lo claro que se deja de lado que lo que acaece en la vida del país no es más que reflejo de la lucha de clases que en él se da día a día.

Morena no encabeza ninguna revolución, sino simplemente se inició, o por lo menos eso se dice, una limpieza de la casa que se debe limpiar como se hace con las escaleras: de arriba para abajo, pero este primer paso que se pretende dar se enfrenta con la cruda realidad de que una cosa es el gobierno y otra el poder.

El gobierno, por el resultado electoral, indiscutiblemente lo ganó Morena, pero el poder sigue estando en las mismas manos en que estaba. Eso de que el pueblo lo ganó lo cacarean ufanamente los que pueden salir beneficiados a muy corto plazo de esta situación, intencionalmente confusa, y esos son precisamente, en forma mayoritaria, los de la autollamada clase política y los advenedizos que se sumaron a "la cargada", porque la cosecha puede ser buena.

Sin embargo, la realidad es la realidad, aunque suene cacofónico, y si el poder sigue estando en las mismas manos de siempre el hecho de que sucedan cosas indignantes, o por lo menos criticables, porque parecen ser inconsecuentes con los tiempos que se proclama van a venir, es resultado de la situación que se vive, ya que todos somos actores -bien como víctimas o verdugos o simples participantes- de esta debacle social que existe, y que es buen terreno para toda laya de cosechadores.

Todo esto tiene que terminar empezando con poner fin a la corrupción. Pero este "acabar con la corrupción" afectará muchísimos intereses creados, los cuales se opondrán férreamente. Sin embargo, oponerse a este cambio sin ningún embozo traería inevitablemente un rechazo grande, porque ése es el mandato que se dio en las urnas, pero el poder sigue estando en manos de quienes lo han detentado y siguen teniéndolo; sin embargo, habrán grandes cambios. El primero de los cambios es que "muchas migajas caerán de la mesa", porque habrá prácticas que terminarán y aquellos recursos que corrían hacia pocas manos ahora serán "para el pueblo", y el segundo, resultado lógico de esto primero, es que los directamente afectados buscarán oponerse a ello y muchos de los que tendrán oportunidad de "coger algo" entrarán en acción.

Estos últimos son los que entrarán al regodeo y pitorreo, y otros más que simularán estar por la cuarta transformación, pero no desperdiciarán ocasión "para ser críticos en aras de la objetividad", colocándose, con su actitud, en el lado de los que serán afectados con la lucha contra la corrupción, a los que sólo los cambiarán de lugar, pero no del lugar en el que se han beneficiado con toda la explotación y en general con toda la porquería por la que habían llevado al país a la bancarrota (AMLO dixit), porque, insistimos, sólo se trata de "limpiar la casa", no de hacer una revolución.

Y aún así, no habrá tregua del lado de los que se han beneficiado por tantos, tantos años ya que así es en la vida real la lucha de clases.

[email protected]

  • URL copiada al portapapeles