Una “gran victoria”… ¿realmente?

  • URL copiada al portapapeles

Barthélémy MICHALON


Noviembre 11, 2018

Como era de esperarse, Trump calificó comouna "gran victoria" los resultados de la jornada electoral del martes. No tenía otra opción: no solamente es psicológicamente incapaz de aceptar algún error o fracaso suyo, sino que estratégicamente sería desastroso para él hacer semejante admisión. Su base electoral le es fiel y lo seguirá siendo mientras él logre mantener viva la ilusión de que es una persona exitosa. Él sabe que cualquier señal de debilidad de su parte tendría un alto costo en términos de apoyo. Por ello su actividad diaria está enfocada en un solo objetivo: cultivar una imagen de éxito, cueste lo que cueste. En este contexto, las mentiras, exageraciones, distorsiones y ataques ultrajantes son las únicas herramientas que sabe manejar.

Esta vez las predicciones electorales resultaron ser confiables: como esperado,cada partido controla ahora una cámara del Congreso. En el Senado, donde solamente una tercera parte de los escaños se renueva cada dos años, la gran mayoría de los puestos que estaban en juego estaban previamente en manos de los demócratas, por lo que su margen de progresión se encontraba muy limitado: tenían mucho que perder y poco que ganar. En este contexto, el partido republicano fue capaz de consolidar la corta mayoría con la que ya contaba en esta ala del Capitolio. En la Cámara de Representantes, donde la totalidad de los 435 mandatos se renueva bianualmente, la progresión del partido demócrata le permitióobtener una mayoría absoluta, pero no aplastante.

Con estos datos en mente hay que admitir que, si bien no se trata de una descripción honesta de la realidad, la declaración de victoria proferida por Trump no es una completa mentira. Con un desempeño tan pobre durante los primeros dos años de su administración, con la multiplicación de los escándalos, con evidencias tan patentes de su incompetencia y de su indecencia, lograr un empate digno en este contexto tiene sabor a éxito.

Sin embargo, esta "victoria" muy relativa tiene un sabor amargo para el dirigente estadounidense: gracias al control que el bando demócrata ejerce sobre la Cámara de Representantes, la oposición tiene ahora muchos más recursos a su disposición.

Primero, podrá impedir la adopción de legislaciones promovidas por la actual administración. Trump es consciente de ello, pero también sabe que esta nueva situación podría resultar benéfica para él: en su conferencia de prensa del día siguiente anunció que "ahora, lo malo para ellos [los demócratas] es que, teniendo la mayoría, les podré echar la culpa". Repitió esta idea dos veces y concluyó: "Honestamente, será mucho más sencillo para mí: los culparemos". Estapromesa explícita, muy reveladora de su forma de actuar (acusar a otros por cualquier cosa que no funcione), anunciael escenario de los próximos dos años: un proceso legislativo entorpecido y un presidente que invoca una misma causa para todos los males: la Cámara de Representantes.

Segundo, los demócratas podrán aprovechar su mayoría en la cámara baja para crear comisiones de investigación, dotadas de importantes poderes como el exigir la comparecencia y testimonio de ciertas personas, o la entrega y publicación de ciertos documentos. Este último punto es de particular relevancia: las conclusiones del equipo de investigaciónencabezado por Mueller bien hubieran podido quedar guardadas en un cajón con el sello "acceso restringido" si los republicanos hubieran conservado el control de ambas cámaras. En cambio, la situación heredada de las recientes elecciones permitirá que se dé a conocer el contenido de estos documentos, resultado de una investigación de 18 meses (y contando), sobre el sensible tema de las posibles relaciones entre la campaña electoral de Trump y el gobierno ruso.

Esta perspectiva ha causado nerviosismo en Trump y sus más cercanos colaboradores, como se pudo observar en una serie de acciones inmediatamente después de las elecciones. En una conferencia de prensa surrealista, perdió los estribos frente a las preguntas de un periodista de CNN e hizo revocar su acceso a la Casa Blanca. Un colmo en un país que pone tan en alto la libertad de expresión y de prensa. La difusión por la portavoz presidencial de un vídeo manipulado solamente aumentaría lo ridículo y lo indignante de esta situación. Adicionalmente, Trump revocó al Secretario de Justicia, para colocar en su lugar a una persona con un historial comprobado de declaraciones en contra de la investigación conducida por Mueller, en un claro intento de controlar el daño por venir.

En resumen, en breve la separación de poderes estará de regreso en Estados Unidos. Y así es como Trump encara esta nueva realidad.

* Profesor de tiempo completodel Tecnológico de Monterrey en Puebla, en la carrera de Relaciones Internacionales – [email protected]

  • URL copiada al portapapeles