Campus 5 de Mayo
Sacar todas las clases del campus durante una semana hacia el centro histórico, abiertas al público en general, a cualquier alumno y ciudadano. Eso fue Campus 5 de Mayo.
En distintas ubicaciones como el Museo del Tecnológico de Monterrey, Workósfera, Casa Reyna, Museo Amparo, Casa de los Enanos y Brodmann Innovación, la ciudad vivió una experiencia breve pero importante para los alumnos de la institución. Aunque ya ha sido aplicado el modelo en ciudades como León y Morelia, ha sido todo un experimento de escala en una zona urbana como lo es la poblana.
El experimento, por más ciudadano que ha sido, es una prueba de que los espacios educativos han dejado de estar en el aula y se han convertido en la ciudad, en los conjuntos y contextos que ocurren entre clase y clase. Y por más obvio que parezca aparece la pregunta, ¿Qué es la universidad? ¿Es el espacio físico o el espacio intangible de conocimiento en el que compartimos y generamos ideas que pueden mejorar nuestras ciudades?
La ciudad es el centro de enseñanza por excelencia. Por más equipamientos que las universidades tengan o con la que los centros de estudios cuenten, su contexto siempre será aquello que modifique la percepción de aquel que aprende; al final las estructuras de nuestro día a día es lo que nos motiva y nos cambia.
Pensemos por ejemplo en aquel que siempre está a dieta. Por más que una persona esté a dieta, si sigue utilizando los mismos pantalones flojos y prendas holgadas, no logrará su objetivo pues hasta en algún punto pensará que está mal cambiar el cuerpo cuando la ropa no lo hace. Lo mismo que los puentes peatonales y su retiro de las calles; es muy caro retirarlos para hacer pasos peatonales a nivel, pero al final si no los quitamos de las calles, seguirá en nuestra mente la oportunidad de tener una estructura dedicada al peatón y la decisión de ahorro se convertirá en un factor educador donde siempre nos quedaría la duda de por qué hacer pasos a nivel. Las estructuras lo son todo.
Tal vez por eso las universidades privadas en México, en su mayoría, han logrado destacar su nivel académico o vivencial; pues es en esos micro mundos donde todo es perfecto, donde todo es amistad, conocimiento y camaradería. Sacar los campus de los edificios incomoda, pero al final logra transmitir un mensaje claro de que el conocimiento no es donde todo está bien sino donde todo puede ser mejor.
Esto posiciona en nuestras mentes la reflexión más grande de este texto, ¿Qué es la universidad? ¿Son sus profesores? ¿Su guía? ¿Su visión? ¿Las tecnologías?
Existe en el mundo una teoría que la única disciplina que tendremos que estudiar en el futuro es cómo hacer mejores preguntas a Google, pues eso será la educación. No. El conocimiento y la experiencia de la universidad y del conocimiento nunca ha sido la información ni el aprendizaje, sino las dudas, las inquietudes.
Las universidades del futuro son esas instituciones que aprenderán a reflexionar, junto a sus estudiantes, sobre las dudas del mundo, de la sociedad y las inquietudes de lo que es y lo que será. Aquellas instituciones que ayuden a dirigir y a canalizar a sus integrantes a una reflexión propia y a preguntas clave, serán aquellas que logren sobrevivir a Google y a la información.
Todas las instituciones educativas deben tener la misión de transmitir de forma clara y precisa una visión del mundo, de la experiencia que tendrán sus estudiantes para poder llegar a aprender para generar ideas, donde sea. En un aula, en la ciudad o en viajes, la educación toma un camino hacia adelante que brilla por todo el potencial de lo que hay que aprender, pero que incomoda en el camino sino sabemos qué hacer con el mismo, sino sabemos cómo mejorarlo y canalizar las inquietudes, la creatividad y la originalidad del pensamiento de estudiantes y docentes.
Campus 5 de Mayo, aunque por mucho por mejorar en siguientes ediciones, toma ese camino con sus estudiantes y la ciudad.
* Profesor de la Escuela de Arquitectura, Artes y Diseño del Tecnológico de Monterrey en Puebla.
