No hay imagen que valga la vida de los fotógrafos: Pedro Pardo
El fotógrafo poblano fue reconocido con el premio World Press Photo (2012 y 2019); en su trabajo retrata situaciones complejas
Pedro Pardo es un fotoperiodista poblano que realizó sus estudios en el Instituto de Artes Visuales de Puebla. Posterior a esto, tomó diversos cursos con fotógrafos reconocidos para mejorar sus habilidades. En la actualidad trabaja en La Jornada de Guerrero y con la agencia francesa de noticias France Presse (AFP), en donde a través de su lente ha mostrado al mundo la violencia que vive México y el fenómeno de la migración, que se convirtió en un éxodo en 2018. Durante la cobertura de ese suceso, capturó una escena que dio la vuelta al mundo y que le hizo ganar por segunda ocasión el World Press Photo por su obra Climbing the border fence, en la categoría “Noticias de Actualidad”. En el 2012 ganó en la categoría “Temas contemporáneos” por Drugs cartel’s war, un retrato de uno los episodios más sangriento que ha vivido el estado vecino de Guerrero. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla Pedro Pardo relató el proceso para capturar la imagen que le hizo ganar el World Press Photo y el papel de la fotografía para retratar a la sociedad y mostrar al mundo un reflejo de las situaciones más delicadas. Lee: Brinda Coro Infantil de la Catedral de Puebla último concierto navideño
¿Cuál es la historia detrás de esta fotografía que te hizo ganar por segunda ocasión el World Press Photo? —Esta fotografía fue tomada el 25 de noviembre de 2018. El niño que aparece en la imagen y que es ayudado a cruzar por la frontera se llama Kenat, y en ese momento tenía 12 meses. Cuando los migrantes intentaron cruzar a San Diego, los policías del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) comenzaron a arrojar gas lacrimógeno. Los padres del menor intentaron cubrirlo, para evitar que inhalara. Ante la situación tan caótica, los padres pidieron ayuda a dos personas para retornar a Kenat al lado mexicano y evitar más complicaciones. Yo supe la historia después de investigar sobre los personas que aparecen en esa fotografía. Al pequeño lo había conocido días atrás en el albergue Benito Juárez, en Tijuana. Al retratar situaciones tan complicadas como la migración y la violencia, ¿cuál es el papel del fotógrafo en esas problemáticas? —El papel del fotógrafo es tomar fotografías. Suena muy sencillo, pero las imágenes capturadas deben tener un discurso puntual que informe y sensibilice a las personas que no están en ese lugar y que no viven esas situaciones. Ése es el verdadero trabajo del fotógrafo: encontrar el momento exacto que pueda transmitir algo importante; una imagen dice más que mil palabras. Al vivir y trabajar en Guerrero, la violencia era parte de tu vida cotidiana, ¿a qué le atribuyes que esa ola de inseguridad se haya trasladado a Puebla? —Siempre he pensado que la violencia tiene un vínculo directo con la política; son intrínsecas y siempre han estado comunicadas. Al romperse esos nexos y llegar nuevos integrantes de ambos bandos, se generan disputas que desembocan en la situación tan lamentable que estamos viviendo. ¿Cómo sabes cuál es el momento adecuado para tomar una fotografía? —El fotógrafo tiene la capacidad de decidir cuándo es el momento; es algo estático en el que se captura un segundo de la realidad en la que aconteció algo importante, desde la perspectiva de quien optime el clic. El ojo se va entrenando a medida que más te adentrarse en este mundo. ¿Hay imágenes que lamentas no haber tomado? —Sí hay imágenes que lamento no haber tomado. Pero la razón por la cual no las tomé fue porque mi vida estaba en riesgo; no hay imagen que valga más que la vida de los fotógrafos. En otras ocasiones, el respeto es lo que me ha detenido; a veces somos un ente ajeno a lo que está sucediendo y eso crea una molestia. Hay personas que comprenden cuál es nuestro papel como fotoperiodistas y otras que nos ponen más barreras, aunque respeto su decisión porque en esos momentos tan difíciles, lo último que muchos desean es lidiar con la cámara. El fotoperiodismo no fuerza las imágenes, y nadie está obligado a ser fotografiado. ¿Has considerado explorar otras ramas de la fotografía? —El fotoperiodismo es mi pasión y hoy en día considero que hasta donde tenga la posibilidad de aportar algo, voy a estar ahí. El día que sienta que no puedo decir algo nuevo con mi trabajo, me dedicaré a hacer otras cosas. La exposición World Press Photo 2019 reúne lo mejor de la fotografía en el mundo en sus ocho categorías.
La exhibición puede visitarse hasta el 6 de enero de 2020 en la Galería del Palacio Municipal de Puebla, de las 9 hasta las 21 horas: la entrada es libre. |