¡Se acabaron las vacaciones! Regresan a clases más de un millón de alumnos en Puebla

En el Internado Enseñanza Primaria No 16 Julián Hinojosa, que se encuentra en Xonaca, los padres y docentes avalaron el retorno a las aulas.

Este lunes 25 de abril dio inicio el regreso a clases de manera presencial. Un millón 647 mil 401 estudiantes dejarán de recibir clases en línea y retornarán a las aulas de más de 14 mil instituciones públicas y privadas, desde nivel preescolar, primaria, secundaria y bachillerato en la entidad poblana.

En el Internado Enseñanza Primaria No 16 Julián Hinojosa, que se encuentra en Xonaca, los padres y docentes avalaron el retorno a las aulas; lo único que esperan es que se mantengan las medidas sanitarias necesarias para evitar cualquier contagio del virus del COVID-19.

Los padres explicaron que la pandemia mermó mucho la educación de sus hijos, pues la mayoría de los padres trabajan de tiempo completo y a veces no era posible explicar el cuadernillo a los hijos.

Para muchos, las clases en línea no eran una opción, pues una cantidad considerable de las familias poblanas no cuentan con computadoras, celulares e internet en sus casas para ingresar a las clases. Además del riesgo que implica dejar a los menores solos en casa, mientras ambos padres están trabajando.

Carolina Tecayehuatl, madre y parte del comité de padres de familia, explicó que muchos de los niños tuvieron que estar solos en casa, lo cual genera un riesgo latente para ellos, y que los padres no puedan rendir de manera eficiente en el trabajo por la preocupación de tener que dejar sin cuidado a los hijos.

“Ellos si la sufren en casa al estar solitos, muchos niños se ponen en riesgo al estar solitos. Los papás tienen que trabajar. Entonces yo veo genial el regreso a clases”, explicó.

Gabriela Martínez acudió desde muy temprano a dejar a su hijo. Con una maleta mediana en mano. Comentó que la educación presencial es mejor para los chicos que las clases virtuales, por lo que señaló, trae muchos beneficios el regreso a las aulas.

“Está muy bien, siempre y cuando tomen las precauciones debidas. Yo creo que ya les hacía mucha falta la interacción con otros niños y aparte como que la educación presencial es mucho más fácil para ellos y su aprendizaje que en línea”, explicó.

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Por su parte, su hijo Santiago aseguró que ya extrañaba regresar a la escuela, y estar con sus amigos, y comentó que lo que más le gusta de ir a la escuela es aprender.

Al entrar en las instalaciones del plantel educativo, se veía de todo; niños corriendo, alegres, y hasta abrazando a sus compañeritos que dejaron de ver por un lapso muy largo. Aunque también estaban algunos pequeños que estaban llorando por tener que regresar a la escuela.

Los más pequeños eran a los que les costaba más soltar el suéter de mamá; la costumbre de estar en casa, solo o acompañado de alguno de sus hermanos mayores, se convirtió en una rutina. Ahora regresan a clases y en el internado tendrán que estar toda la semana y esperar el viernes para ver de nueva cuenta a sus padres.

El internado como segunda casa

Cuando escuchamos la palabra internado, ni de broma queremos dejar a nuestros hijos en un lugar así. Las películas, series y libros, nos han dejado la idea de que estos lugares no son adecuados para los niños y jóvenes, sin embargo, el Internado Julián Hinojosa está bien organizado y permite la sana educación y adaptación de los chicos al lugar.

Los estudiantes se quedan toda la semana, es decir de lunes a viernes; cada alumno cuenta con su propio juego de cama (sabanas, cobijas, almohada etc.) lo que permite que los padres que trabajan de tiempo completo tengan la seguridad de que sus hijos están bien cuidados.

La escuela cuenta con las clases normales de una escuela tradicional pero aparte también tiene clases de inglés, computación y talleres. Además, cuentan con doctores y enfermeras quienes se encargan de velar por la salud de los alumnos. Dentro de las medidas médicas la escuela también cuenta con dentistas, así lo informó Carlos Castellanos Martínez, supervisor del internado.

Con la pandemia aún vigente, la escuela optó por estar vigilando la temperatura de los alumnos; si uno de los chicos tiene fiebre o principios de gripa, se les notifica a los padres para que recojan al menor y evitar que se propague la enfermedad y prevenir un brote de coronavirus según sea el caso.

La alimentación también es un tema de especial relevancia para los padres, y del que la escuela se encarga a diario de mantenerla al día. El director y el supervisor, revisan los menús que se les estarán entregando a los niños todos los días. Los chicos tienen respecto a cinco comidas diarias tres fuertes y dos colaciones. La materia prima y el resto de los alimentos es financiada por el gobierno federal a través del FINE (Fondo para la aportación de la educación).

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