Claudia Sheinbaum, una científica e izquierdista con poca experiencia en política exterior, parece haber conectado con el presidente Trump con su actitud tranquila y su dureza en la frontera
En medio de lo que parece ser una guerra comercial a punto de estallar, el presidente Trump le dio una señal de respeto a la presidenta mexicana, aunque algo a regañadientes: “Eres dura”, le dijo durante una llamada telefónica el mes pasado, según varias personas que conocen el intercambio. En su última conversación, ambos se dedicaron a echarse flores y lograron alivianar algunos aranceles en el acto, según las mismas fuentes. Cuando Claudia Sheinbaum asumió la presidencia el 1 de octubre, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar México, hubo dudas sobre cómo manejaría su relación con Estados Unidos, especialmente si Trump ganaba las elecciones. Ella, siendo una científica de formación y de izquierda, no tenía mucha experiencia en política exterior cuando era alcaldesa de la Ciudad de México. A diferencia de su antecesor, AMLO, que se llevaba bien con Trump y compartía su estilo rimbombante, Sheinbaum era vista más como una tecnócrata tranquila que como una figura política. Pero, para sorpresa de muchos, no solo ha sabido defenderse de las amenazas de Trump, sino que, de manera algo inesperada, ha logrado una relación de respeto con él. “Nadie pensaba que sería tan buena en esto ni que tendría tanta suerte”, dijo Carlos Bravo Regidor, analista político mexicano. “Sea lo que sea, está funcionando”. Durante la campaña, Trump hizo de México uno de sus principales objetivos de ataque. Ya como presidente, prometió imponer aranceles hasta que el fentanilo dejara de entrar a su país. Sin embargo, últimamente ha elogiado a Sheinbaum, algo que no ha hecho con otros líderes mundiales más experimentados. La ha llamado “una mujer maravillosa” y ha dicho que tiene una “muy buena” relación con ella. Parece que su manera tranquila de manejar las cosas y los resultados que ha logrado en temas de migración y fentanilo le han ganado el respeto de Trump y de su equipo, incluyendo a Stephen Miller, su subjefe de gabinete, quien tiene gran peso en las políticas internas y de seguridad. Parte de la razón por la que la relación con Trump va tan bien es que, en comparación con la tensa relación que tiene con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, Sheinbaum ha sabido mantener las cosas más calmadas. En su última llamada, la presidenta Sheinbaum se tomó unos cinco minutos al principio para hablar de todo lo que ha hecho para asegurar la frontera y frenar el tráfico de fentanilo, según fuentes cercanas a la conversación. Incluso antes de la llamada, le envió a Trump datos para respaldar sus argumentos y le dejó claro que los aranceles solo complicarían explicarle a su gente el nivel de cooperación que están alcanzando.
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