Se llevó a cabo en la 25 Zona Militar y participaron más de dos mil soldados, quienes celebraron el coraje y la dignidad del pueblo mexicano frente a la intervención extranjera.
Con estruendo de fusiles, galopes firmes y el eco del grito “¡Viva México!”, la 25 Zona Militar fue el escenario donde se revivió, con solemne pasión y precisión histórica, la gloriosa Batalla del 5 de Mayo de 1862. A 163 años de aquella gesta heroica, más de dos mil elementos del Ejército Mexicano participaron en una gran representación que llenó de orgullo a las y los poblanos, así como a toda la nación mexicana. El evento fue encabezado por el gobernador Alejandro Armenta; el comandante interino de la VI Región Militar, Héctor Ávila Alcocer; el comandante de la 25 Zona Militar, general Santos Gerardo Soto; la presidenta del Congreso del Estado, Laura Artemisa García; así como por titulares de distintas secretarías del Gobierno Estatal, quienes, con respeto y emoción, presenciaron la recreación del histórico enfrentamiento entre el Ejército Mexicano, liderado por el general Ignacio Zaragoza, y las fuerzas francesas de Napoleón III. ![]() La ceremonia no fue solo una escenificación militar, sino un acto de profundo simbolismo nacional. Desde los tambores de guerra hasta los vítores de las tropas, cada momento celebró el valor de quienes, bajo el mando de Zaragoza, Negrete y Berriozábal, enfrentaron con determinación a uno de los ejércitos más poderosos del mundo. “Nuestros enemigos son los primeros del mundo, pero nosotros somos los primeros hijos de México”, resonó en la voz de las y los actores-soldados, evocando la célebre frase que continúa encendiendo el espíritu patriótico de generaciones enteras. Entre uniformes impecables, banderas ondeantes y fusiles al hombro, la representación también recordó el contexto de aquella lucha: la resistencia de Benito Juárez frente a una intervención político-militar motivada por la deuda externa y el interés imperialista europeo. Fue también una lección viva sobre cómo el nacionalismo, la dignidad y la unidad del pueblo mexicano lograron defender la soberanía nacional. Esta escenificación reafirma la lealtad y compromiso de las Fuerzas Armadas Mexicanas con la historia, la patria y su gente, mientras el público rompía en aplausos al ver ondear la bandera tricolor sobre los cerros simbólicos de Loreto y Guadalupe. Con este tipo de eventos se fomenta el sentido de pertenencia nacional, especialmente entre las nuevas generaciones. La participación activa de estudiantes, familias y personal militar en esta ceremonia cívica refleja una Puebla que no olvida su historia y que honra su papel central en la defensa de la nación. Al grito final de “¡Viva la independencia nacional! ¡Viva la patria!”, se selló una jornada emotiva donde la memoria histórica, el honor y el orgullo mexicano brillaron con fuerza. El 5 de Mayo no es solo una fecha; es un símbolo eterno de que la dignidad de un pueblo unido puede triunfar ante cualquier adversidad. |