Rectora de la BUAP realiza recorrido por las ofrendas de la comunidad estudiantil

“La ofrenda nos permite acercarnos, otra vez, a nuestros seres queridos, a quienes honramos con sus alimentos que disfrutaron en vida” dijo

Rectora de la BUAP realiza recorrido por las ofrendas de la comunidad estudiantil
Cortesía Rectora de la BUAP realiza recorrido por las ofrendas de la comunidad estudiantil

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Memorias del Crimen

El Día de Muertos es una celebración que cada año cobra vida en la BUAP, para enaltecer la memoria de los difuntos y compartir con ellos su regreso al mundo de los vivos. 

La Rectora María Lilia Cedillo Ramírez realizó un recorrido por las ofrendas instaladas en las diferentes dependencias y unidades académicas de la institución en honor a sus seres queridos

La doctora Lilia Cedillo visitó la Dirección de Deporte y Cultura Física, la Torre de Gestión Académica y Servicios Administrativos, en Ciudad Universitaria, así como en el área de la Salud, donde se montaron más de 20 altares con motivos prehispánicos, fotografías, alimentos y elementos ornamentales, que mostraron la creatividad de sus autores.

En las distintas ofrendas, la Rectora de la BUAP constató el encuentro con los muertos, a través de su memoria y recuerdo. “La ofrenda nos permite acercarnos, otra vez, a nuestros seres queridos, a quienes honramos con sus alimentos que disfrutaron en vida. Es la ilusión de que su alma regrese una vez más con nosotros”, expresó, al tiempo de invitar a los universitarios a preservar esta tradición.

Asimismo, la doctora Lilia Cedillo asistió a las ofrendas que alumnos y profesores de las facultades de Enfermería, Estomatología y Medicina realizaron, como parte de las actividades culturales con las que se honran las tradiciones mexicanas y el culto a personas que dejaron un legado. 

El papel picado, flores de cempasúchil, pan de muerto, catrinas, calaveras de azúcar, fruta de temporada, calabazas, dulces típicos y veladoras fueron el común denominador en todos los altares. 

En otros destacaron elementos poco comunes como un fonógrafo, molcajetes, árboles de la vida, huacales, cazuelas, rebozos y calaveras pintadas por los trabajadores, estudiantes y académicos, quienes aportaron ideas y elementos para dar color, olor y sabores a los altares.