Más allá de los estragos sanitarios, el COVID-19 expuso las posturas políticas, lo que dificultó la implementación de medidas de prevención.
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente la pandemia de COVID-19, una crisis sanitaria global en rápido crecimiento que marcó el inicio de una era caracterizada por confinamientos, incertidumbre y un impacto profundo en la vida cotidiana de personas en todo el mundo. De acuerdo con el Panel de Datos del Coronavirus de la OMS los casos acumulados suman más de 700 millones, con un saldo de más de 20 millones de vidas perdidas. Desde la declaración de la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (PHEIC) el 30 de enero de 2020, hasta su levantamiento el 5 de mayo de 2023, la comunidad científica y las autoridades sanitarias han observado una tendencia descendente en la pandemia. Sin embargo, en octubre de 2024, al menos mil personas fallecían cada semana por COVID-19, según los datos disponibles de sólo 34 países que seguían informando a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es importante destacar que el 75% de estos fallecimientos se registraban en Estados Unidos. La era de la desinformaciónMás allá de los estragos sanitarios, el COVID-19 expuso las posturas políticas, lo que dificultó la implementación de medidas de prevención y aumentó la resistencia a la vacunación en diversas partes del mundo. Por ejemplo, durante su primer mandato como presidente, Donald Trump culpó de la pandemia a una supuesta guerra biológica por parte del gobierno chino. ![]() La OMS reconoce que el virus también enfermó sociedades, pues la incertidumbre, el miedo y la falta de liderazgo contribuyeron al deterioro del tejido social. Del mismo modo, a medida que las economías luchaban por mantenerse a flote, el mundo presenció el cierre de negocios, la pérdida de empleos y un retroceso en los avances contra la pobreza. Lecciones aprendidas tras la pandemiaUno de los mayores legados que dejó la pandemia fue la rapidez con la que la ciencia logró desarrollar vacunas eficaces. Lo que antes tomaba décadas, se logró en cuestión de meses, gracias a la colaboración global. El COVID-19 demostró que ninguna nación está preparada para una crisis sanitaria de esta magnitud, por lo que la OMS insite en la necesidad de establecer mecanismos de respuesta global más eficaces, con inversiones en vigilancia epidemiológica, infraestructura hospitalaria y cooperación internacional. El Covid llegó para quedarseTras cinco años de la aparición del coronavirus SARS-CoV-2 en Wuhan (China), la gente ha aprendido a vivir con esta enfermedad, pero los científicos siguen esforzándose por desentrañar el COVID-19. Se trata de una enfermedad que llegó para quedarse y poner a prueba a la humanidad sobre su capacidad de adaptación y resiliencia. Lo que hagamos con estas lecciones determinará cómo enfrentaremos la próxima gran crisis sanitaria.
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