De acuerdo con los censos de población del INEGI, en promedio aumenta en 46 mil personas la población del estado de Puebla cada año, lo cual provoca desigualdad y deterioro ambiental.

Las cifras de las dinámicas de la población del año 1900 al 2020, publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), señalan que cada década hay un aumento entre 100 mil y 500 mil personas.

De esa forma, se estima que en 1900 que había una población de un millón de personas en la entidad; dicha cantidad fue creciendo gradualmente hasta el último conteo, que fue en el año 2020, donde hubo un registro total de seis millones 500 mil habitantes.

Es decir, en 120 años hubo un aumento de cinco millones 500 mil personas en el estado de Puebla.

Y, en promedio, por año ha existido un aumento de 45 mil 833 habitantes.

Así, uno de los datos más relevantes de esta dinámica de crecimiento poblacional es que de 1900 al 2020, la cantidad de habitantes en Puebla es casi seis veces mayor.

A ello contribuyó la década de 1970 a 1980, cuando la entidad vivió el fenómeno conocido como explosión demográfica; es decir, presentó el mayor crecimiento poblacional registrado con un aumento de 800 mil personas.

En entrevista con el Popular, periódico con causa, el doctor en arquitectura y urbanismo, Carlos Montero, explicó que el crecimiento poblacional afecta directamente en distintos factores al estado de Puebla.

Entre los principales factores está el ocupamiento de espacios de áreas naturales para la construcción de viviendas, industrias, centros comerciales y vialidades.

Otras consecuencias del crecimiento poblacional son la escasez de recursos, el colapso del mercado laboral, pobreza, desigualdad, inseguridad y deterioro ambiental.

Si bien el doctor Montero señaló que es prácticamente imposible atacar por completo el crecimiento poblacional, afirmó que la conciencia social individual ayuda a cuidar los recursos naturales y mantener el orden social.

Por ello, Carlos Montero aseguró que la reeducación es un factor importante para mitigar el impacto del crecimiento poblacional en el estado de Puebla y, sobre todo, en la capital poblana.