Un camposanto lleno de historia y cultura: El Panteón Municipal de Puebla

Inaugurado el 5 de mayo de 1880 y con una extensión de 16 hectáreas, el Panteón Municipal de Puebla se ha consolidado como un emblemático testigo de la historia de la Angelópolis durante 144 años. Se encuentra ubicado en la intersección de la avenida 11 Sur y la calle 37 Poniente. 

El panteón representó un cambio significativo al acabar con la costumbre de inhumar a los fallecidos en los atrios de los templos católicos, estableciendo así un espacio exclusivo para el descanso eterno. 

La primer persona en ser enterrada en el panteón fue una bebé

La primera persona enterrada en este camposanto fue María Merced Huerta, una niña que, tras nacer el 30 de abril de 1880, falleció solo cinco días después. Su tumba se encuentra ubicada en la calzada principal, se distingue por un pequeño obelisco protegido por una reja, convirtiéndose en un punto de referencia para quienes visitan el lugar. 

Aunque su causa de muerte es un misterio, su historia ha perdurado, simbolizando el comienzo de este recinto.

Personajes importantes que se encuentran enterrados en el lugar

A lo largo de más de un siglo, el Panteón Municipal ha sido el reposo final de numerosas figuras notables. 

Entre ellos, Juan Crisóstomo Bonilla, un general que luchó valientemente en la Batalla de Puebla, y Altagracia Calderón, conocida como “La Chata”, quien también se destacó en este conflicto. 

Manuel Espinoza Yglesias, empresario poblano pionero del cine en México, los miembros de la familia Bello, creadores de importantes museos, Samuel Margarito Lozano Blancas considerado el padre del corrido mexicano y el famoso comunicador y locutor de radio Javier López Díaz, resalta el legado cultural de Puebla.

Cabe resaltar que en el panteón descansan alrededor de 38 mil difuntos, y también alberga más de 300 mausoleos y monumentos históricos, muchos de los cuales están protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por su valor arquitectónico. Estas tumbas datan de los siglos XIX y XX. 

Debido a la antigüedad del lugar se ha prestado para ser un escenario de leyendas, dado que algunos visitantes afirman haber escuchado el eco de una niña corriendo entre las tumbas o haber visto su figura cargando una muñeca.