Para festejar el Día de la Familia, alumnos de kínder del Colegio Humboldt celebraron con una obra de teatro en alemán y con una exposición de arte titulada Yo soy yo.

Bajo la batuta de las maestras del salón Mapache, Maja Lehmann y Fabiola Sánchez, las y los niños de entre 3 y 6 años dieron vida a diferentes animales como ranas, caballos, pájaros, borregos, vacas, cabras, hipopotamos, pericos y perros.

El tema central giró en torno a que todas las personas son diferentes, pero esas diferencias son las que los hacen especiales y únicos, por eso es importante reconocerse a sí mismos, pues del autonococimiento surge la autoestima y la empatía.

“Es muy importante encontrar las emociones de sí mismo y de cada persona. Primero tengo que encontrar mi Yo y cuando tengo conciencia sobre mí puedo tener conciencia sobre los demás y cuando tengo conciencia sobre mí y sobre los demás puedo tener empatía”, dijo la pedagoga Maja Lehmann.

El personaje principal de la obra divida en tres actos es una animal colorido que, ante las preguntas del resto de animales sobre quién es, empieza a dudar de sí mismo y se ve en la necesidad de buscar su identidad.

¿Quién eres tú?, le preguntan, pero el compararse con esos animales, no sabe qué responder.

En el camino, se encuentra con todo tipo de emociones, entre decepción, rechazo, amabilidad y empatía, y aunque encuentra algunas similitudes entre los otros animales, no se reconoce en ninguno.

¿Qué animal eres tú?, le vuelven a preguntar.

Pero el animal colorido sigue diciendo: “No lo sé, quiero saber quién soy yo!”; se mira, pero no se reconoce entre la multitud.

Al final logra reconocerse en el reflejo de una enorme burbuja, y se da cuenta que es un animal colorido, con cabello como los caballos y patas cortas como los hipopótamos, con dos cuernos como la vaca, una voz bonita como la cabra y una panza redonda como el borrego, con una cola larga como los pericos, pero con un cuerpo colorido como ningún otro.

“Ya sé quién soy, yo soy yo y tú eres tú”, se dice por fin a sí mismo y al resto de animales que lo hicieron dudar de sí mismo.

Después de la obra, las familias se trasladaron a la sala Fritz Theiss, donde en compañía del subdirector Thorsten Puderbach, y de la directora del Kínder, Romina Meier, inauguraron la exposición compuesta de trabajos escolares sobre el origen del nombre de cada alumno, pinturas de sus caras, manos y cuerpo, así como máscaras y autorretratos realizados por las y los pequeños.