El camino hacia la igualdad política de las mujeres en México: Una lucha histórica llena de desafíos

El camino hacia el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres en México ha sido largo y lleno de desafíos. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el hito inicial ocurrió en 1923 durante el Primer Congreso de la Liga Panamericana de Mujeres.

En dicho evento, más de cien delegadas de todos los estados del país presentaron una petición ante el Congreso de la Unión, exigiendo igualdad de derechos políticos para hombres y mujeres.

En 1937, durante su gobierno, Lázaro Cárdenas propuso una reforma al artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, buscando el derecho al voto y la posibilidad de ocupar cargos de elección popular para las mujeres. Aunque la iniciativa fue aprobada por ambas Cámaras, la declaración de Reforma Constitucional nunca se llevó a cabo.

Finalmente, el 17 de octubre de 1953, Adolfo Ruíz Cortines publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación que anunciaba la promulgación de las reformas constitucionales. Esto concedió a las mujeres el derecho al voto y a ser votadas para cargos de elección popular.

A lo largo de la historia de la política mexicana, muchas mujeres han dejado su huella. Aurora Jiménez de Palacios, María Lavalle Urbina, Alicia Arellano Tapia y Griselda Álvarez fueron pioneras, convirtiéndose en las primeras diputadas federales, senadoras electas y gobernadora, respectivamente.

Con el paso de los años, se han creado instituciones como el Instituto Nacional de las Mujeres para respaldar la participación política de las mujeres.

La reforma político-electoral de 2014 elevó a nivel constitucional la garantía de la paridad de género en las candidaturas para la Cámara de Diputados, el Senado y los Congresos Estatales. Estas medidas buscan promover la igualdad y la representación equitativa de mujeres y hombres en la esfera política.