Eco-ansiedad, las consecuencias en salud mental que surgen ante la crisis climática
Este no es un trastorno de ansiedad clínica, se trata de un nuevo concepto para definir el sentimiento que produce la incertidumbre y angustia por el planeta.
Tras el informe presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las
Naciones Unidas (IPCC, por su sigla en inglés), la percepción de muchas
personas sobre el futuro se vio afectada.
Tras el informe presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las
Naciones Unidas (IPCC, por su sigla en inglés), la percepción de muchas
personas sobre el futuro se vio afectada.
Los registros de fenómenos naturales como inundaciones,
sequías prolongadas e incendios forestales han
dejado en evidencia la crisis climática; sobre todo en este último año,
donde la Tierra ha manifestado estos acontecimientos de manera frecuente. Ante estos escenarios, la eco-ansiedad se ha hecho presente en la población, no solamente en
las personas directamente implicadas, sino
en todo el mundo que observa dichos videos o fotografías. En 2017, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) y
el grupo climático sin fines de lucro ecoAmerica crearon el término “eco ansiedad” para definir el miedo
crónico a la ruina ambiental. Desde entonces el término se ha popularizado, y
aunque no es un diagnóstico clínico como
tal, es muy real. Médicos indican que el temor de un desastre ambiental, puede empeorar problemas de salud mental
preexistentes. La preocupación y
angustia de ser testigos de fenómenos extremos a nivel planetario y ver
cómo el futuro de la Tierra y la vida que alberga tambalea, se suma a otros
efectos psicológicos del cambio climático, como el eco duelo y la eco ira. El académico del Departamento de Psicología de la U. de
Chile, Rodolfo Sapiains, explica que
“se habla de eco depresión, de duelo ecológico y otros conceptos que van en la
misma línea, cuando todos apuntan a la
sensación de sufrimiento por el momento que atravesamos como planeta”. El docente señala que esto puede traducirse en “problemas para dormir, una sensación de
intranquilidad permanente, de desesperanza frente al futuro“. Teniendo como
consecuencia que “no quieran involucrarse más en acciones para mejorar el medio
ambiente, para proteger la naturaleza, porque asumen que está todo perdido“. En 2020, un sondeo en Estados Unidos de la APA determinó que
dos tercios de los adultos en Estados
Unidos reconocieron sentir al menos un poco de ansiedad ecológica, y casi
la mitad de los menores de 34 años dijeron que el estrés por el cambio
climático afecta su vida a diario. La crisis climática, tiene que tomarse con la seriedad
correspondiente; no obstante, también
con mesura y sensibilidad, pues como mencionamos, a algunas personas, esto
puede afectarlas negativamente.
Ante esto, los especialistas recomiendan transmitir mensajes sobre posibles
soluciones más que la preocupación o desesperanza que pueda causar la
crisis climática. |